La flor del sepulcro P7

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El viaje fue rápido a pesar de que no hablaron mucho. En cincuenta minutos ya estaban en el cementerio. Hermes lamentó que la mayor parte de los locales comerciales en la pérgola estuvieran cerrados, un cartel anunciaba que a esa hora estaban en reunión debatiendo la ampliación. Entró a ver si encontraba a la señora que tan amablemente les contó la historia de los niños y personas perdidas, había olvidado su nombre, pero no así su rostro. <<Quizás ella sabe algo>> le comentó a Judith exponiéndole lo que recordaba de la historia. Se extrañó que pudo recordar varias cosas que pasaron en ese tramo del viaje, sin embargo también se dio cuenta que no resonaba en su memoria el pasaje donde estaba ubicada la tumba que podría entregar las misteriosas respuestas que buscaban.

Pasaron el portón y la mente de Hermes comenzó a revolotear el viejo polvo. Miró a lo lejos intentando recordar por donde seguir, que callejón tomar, que lapidas revisar. Judith estaba encantada con el lugar, primera vez que estaba ahí y la mezcla de los siglos enterrados le encantó. Miró la cara de Hermes pudiendo leer su mirada.

Hermes se agachó quedando en cuchillas, pensativo mirando el final de la calle. Recordó el funeral que vieron ese día. <<si lo vimos cuando estaban acá, nosotros estábamos...>>.

Comenzó a caminar seguido por Judith que pronto lo alcanzó. Se detuvo y señalo hacia arriba, una larga calle que se ramificaba en varios callejones.

— Vamos, debemos llegar a los últimos, los más antiguos.

— ¿Sabes cuál es?

— La verdad es que...no — respondió mirándola algo nervioso por la respuesta, pero al ver la sonrisa de Judith se relajó —. Pero la encontraremos. Hay muchas antiguas, pero no muchas en el estado que la recordamos.

— Como creen recordar – dijo riendo.

— Eso es verdad.

— ¿Y en qué estado esta?.

— Algunas cercanas son de ladrillos a la vista y lapidas agrietadas. Y la que buscamos, la lápida esta corrida se puede meter la mano al interior.

— ¿Lo hicieron? — preguntó con curiosidad y algo de recelo.

— No lo recordamos. Es decir en un principio...después estaba casi completa — dijo Hermes riendo ante la seria mirada de Judith, al tiempo en que le señaló el primer callejón a investigar.

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