Hermes pasó a dejar a Judith a su casa, pero no entró a saludar. Se fue directo a ver como seguía Pamela que nuevamente no contestó el teléfono. Al llegar el sol ya se perdía por completo entregando solo un remanente de luz que aun ayudaba a ver con algo de claridad en el exterior, pero en el interior de la casa reinaba la penumbra y oscuridad en varios rincones. Le llamó profundamente la atención que ninguna luz estuviera encendida como era lo normal a esa hora del día. Se sintió extrañado ya que la ventana de su cuarto acusaba total oscuridad, pero pronto se tranquilizó ya que lo más probable como respuesta a todo era que Pamela seguía durmiendo. Sin embargo esa tranquilidad se esfumó de su mente al abrir la puerta y sentir un aire putrefacto golpear su cara entrando por nariz y boca. Un asco se apodero de su garganta. Frunció el ceño cerrando levemente los ojos reaccionando con repulsión hacia lo que estaba oliendo. Todo estaba en penumbra por lo que raudamente fue hacia el primer interruptor de luz a un costado de la puerta de entrada. El silencio y el calor interior se confabulaba con aquel aroma creando en Hermes un miedo que por unos segundos lo paralizo manteniéndolo quieto, totalmente inmóvil pensado que hacer. <<Pamela, planta>> pasó por su cabeza activando su cuerpo que luchaba por absorber lo menos posible ese olor que comenzó a hacerse más penetrante a cada paso que daba.
Al llegar al salón el olor casi lo hizo vomitar asqueando dos veces. Apretó otro interruptor intentando infructuosamente dar más luminosidad a un ambiente ensombrecido. Una sensación de frio lo recorrió haciendo temblar su cuerpo al ver la gran cantidad de moscas que estaban sobre la mesa y sobre aquel vaso que prácticamente estaba cubierto por aquellos pequeños puntos negros moviéndose en todas direcciones. La idea de espantarlas pasó fugazmente por su cabeza, pero siguió de largo hasta el dormitorio principal donde lo que vio lo perturbo.
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La flor del sepulcro
HorrorEl espíritu de aventura alentado por sueños lleva a Pamela y a su amado Hermes hasta el cementerio de una ciudad cercana. La desconocida historia del lugar es la llave necesaria para cruzar las puertas. El tranquilo caminar entre viejas tumbas pront...