Los hijos de Los Mugiwara se ven atrapados en un viaje en el tiempo, cortesía de los experimentos de su tío Franky y compañía.
Tras veinte años en el pasado, deben decidir qué hacer, sin embargo, el más pequeño del equipo se les adelanta, obligándol...
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—¡Extra, extra! —un pequeño niño chocó contra el enorme espadachín, haciéndolo tropezar—. ¡Lo lamento, señor!
—No hay problema —dijo Zoro, ofreciendo unas monedas al menor a cambio de un diario-. Veamos que hay por acá...
—Ey, Marimo, ayúdame con esto —pidió Sanji con la mano izquierda ocupada con un saco de hortalizas.
Zoro no respondió.
—Eh, musgo —Sanji frunció el ceño, tocando el hombro del más fornido.
—¿Has visto esto?
—¿Qué cosa? —Sanji quitó el periódico de las manos del espadachín antes de torcer su rostro en una nueva de confusión.
"El hijo oculto del cirujano de la muerte"
—¿El qué?
—Estoy seguro que Torao no tiene hijos —Zoro frunció el ceño—. Pero tienen un parecido increíble.
—¿Torao ahora secuestra niños? —Sanji leyó el artículo con cuidado—. No creo que sea su estilo.
—Cuando Luffy lo vea...
—Ni lo menciones. —una carcajada se escapó del rubio, marchando escaleras arriba hacia el Sunny, Franky los recibió con cara de circunstancias.—¡Se volverá loco!
—Eh, Franky, ¿Qué sucede? —Zoro preguntó, recibiendo un mar de lágrimas de parte del cyborg.
—¡Shishishi! —Las carcajadas de Luffy retumbaban en todo el barco, Sanji y Zoro se apresuraron a la cocina tras oír el sonido de platos caer.
—Luffy, qué suc... —Los ojos se Sanji se detuvieron en el panorama, había al menos la mitad de los sombreros de paja contándolos a ellos. Un Usopp desmayado, un Brook que fingía morder las uñas que no tenía, un Luffy risueño y la presencia de dos casi adolescentes.
—¿Niños? —Zoro frunció el ceño ante la intromisión, tomando asiento frente Luffy tras servirse un poco de sake.
—¿Qué hacen niños en el barco? —Sanji preguntó, buscando el sonido de platos rotos, para su sorpresa no había ninguno.
—¡Son mis hijos! —Luffy gritó, al cabo que Zoro escupía todo el sake en la mesa y Sanji lo golpeaba en la cabeza.
—¡Mira lo que haces, bola de pasto! —Exclamó limpiando, antes de poner el periódico en la mesa y encender un cigarrillo.
—Luffy, eres muy joven para tener un hijo de esa edad, primeramente, y... —Sanji podía sentir como el niño de cabellos verdes mantenía su mirada sobre él, aun sin ver sus ojos—. Tus cabellos son negros.
—Yo soy Ross —El pelinegro ofreció la mano hacia Sanji—. Luffy es mi padre.
—Vale, vale, ¿Qué le pasa a la generación de ahora? —Sanji retrocedió, escuchando a Zoro toser de fondo—. Supongo que esto es lo que sucedió con Torao.
