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Un rato después, subimos a las camionetas para ir al after.


Antonio se sienta a mi lado en la camioneta, apoyando su brazo sobre mis hombros, lo que nos deja muy cerca. Él se inclina un poco hacia mí y susurra:


—¿Te la estás pasando bien, chula?


Asiento con una sonrisa, el me dedica una mirada cálida antes de voltear para seguir hablando con los demás. 


Llegamos al lugar del after, y el ambiente está lleno de luces y música. El equipo de seguridad nos guía directamente a la zona VIP, donde los chicos podrán relajarse y disfrutar después del concierto. 


A medida que nos adentramos en el área exclusiva, noto que ya hay varias personas esperando, algunos fans y demás gente.

Antonio, siempre atento, coloca una mano suave en mi espalda mientras caminamos, asegurándose de que esté cómoda. El lugar tiene dos sofas y mesas llenas de bebidas.


—¿Te sientes bien aquí? —me pregunta, con una sonrisa, mientras nos sentamos.


—Sí, todo está increíble —respondo, agradecida por su atención.


Los chicos comienzan a soltarse, riendo y bromeando entre ellos mientras las primeras bebidas circulan. 


—Esto es justo lo que necesitábamos después de una noche como esta—dice uno de los chicos, levantando su vaso en señal de brindis.


Antonio, aún a mi lado, sonríe mientras observa a su equipo disfrutar del momento. De vez en cuando, me lanza una mirada que me hace sentir esas mariposas en el estómago. 


—¿Todo bien, mami? —me pregunta, inclinándose ligeramente hacia mí, su voz suave apenas audible por el ruido de fondo.


—Sí, todo bien—respondo con una sonrisa, sintiendo una calidez al notar lo atento que sigue siendo conmigo, incluso rodeado de su mundo.


Antonio toma otro sorbo de su vaso, manteniendo esa sonrisa tranquila. Por un momento, parece que está pensando en algo, sus ojos enfocados en algún punto. Luego, sin decir nada más, se inclina hacia mí y me mira con esa intensidad que siempre me deja sin palabras.


—Ha sido una noche increíble, y verte en el escenario... wow, fue algo muy especial.

Antonio deja su vaso en la mesa y se acerca un poco más, apoyando su brazo en el respaldo del sofá.


—Eres tú la que hace que esta noche sea especial para mí, chula—dice, su mirada intensa clavada en la mía.


Las mariposas en mi estómago no tardan en aparecer de nuevo.


—¿Hermoso, estas pedito verdad?— digo soltando una risita.

Antonio suelta una risa baja, el brillo en sus ojos no se desvanece ni un poco.

Jueves 10 - Junior HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora