A la mañana siguiente desperté, miré a mi alrededor, el señor Shinjuro continuaba dormido, decidí dejarle reposar y fui al baño, llené la tina de agua tibia, mientras tanto desenrede mi cabello, siempre me llevaba un rato pues llegaba más abajo de mis caderas, la tina se terminó de llenar cuando puse un pie en ella sentí una mano en mi cintura, al girarme vi al señor Shinjuro, entró primero que yo y jaló mi mano para que quedara encima de él, mi espalda se apoyó en su pecho, moje mi cabello y lo lavé, luego de enjuagarme sentí como él frotaba mi espalda con una esponja, luego tomó mi cara y me beso.
Con las piernas flaqueando terminé de poner mi kimono, hice un semi recogido y lo até con un broche dorado, este tenía forma de una hoja, volteé a ver a Shinjuro, tenía el kimono medio abierto y estaba batallando para atarse el pelo.
–¿Le ayudo? –me miró serio.
–No hace falta. –volvió a girarse, su actitud me extraño, hace nada no estaba de ese humor– Hoy luego del desayuno iremos a mi casa.
–De acuerdo –no pude evitar que mi voz sonara algo nostálgica.
SHINJURO
Mientras intentaba atar mi cabello ella me ofreció su ayuda, yo me negué, no quería que pensara que seríamos demasiado cercanos, quería mantener algo de distancia, me había tomado unos días para estar en casa luego de la boda, hacía mucho no tomaba vacaciones, esto no sería una familia real, al menos para mí, mis hijos estaban de acuerdo, bueno, Kyojuro sí, Senjuro tan siquiera sabía dónde estaba parado.
Al salir de la habitación el monje entró, segundos después salió como si nada.
–Todo en orden. EL desayuno está servido, algunos de los invitados están allí, yo iré a despertar al resto.
–Bien.
Llegando al comedor Oyakata-sama se nos acercó con una amplia sonrisa.
–Buenos días Shinjuro, Nayoko, espero que tengan una vida próspera. –Ella y yo nos inclinamos.
–Se lo agradezco patrón, espero que usted goce de buena salud y una larga vida. –Él asintió agradeciendo, luego su mirada se dirigió a Nayoko.
–Vaya, eres bastante tímida. –ella se sonrojó– Espero que seas muy feliz a su lado, es bastante gruñón así que le debes tener paciencia –yo no era tan gruñón como decía la gente.
–Muchas gracias...
–Mi nombre es Kagaya Ubuyashiki, pero todo el mundo me dice Oyakata o patrón.
–En ese caso, muchas gracias Oyakata-sama.
NAYOKO
Era la hora de que me fuera a mi...nuevo hogar, fui hasta mi familia para despedirme, mi madre me abrazó mientras lloraba.
–Recuerda lo que te dije –yo asentí secando mis lágrimas, luego mi padre me abrazó y así con toda mi familia. Subí junto a Shinjuro y los niños a un vehículo que no estaba tirado por caballos y nos fuimos. Pasado un rato comencé a ver casas, cada una mejor que la anterior, finalmente el vehículo paró enfrente de una casa bastante grande, Shinjuro me ayudó a bajar y luego bajó a los niños, Kyojuro me tomó de la mano y me guio a la entrada.
–¡Kyojuro no corras! –El niño comenzó a caminar más lento luego del regaño.
Shinjuro abrió la puerta.
–Pasa. –Yo lo hice, en la entrada había un recibidor con un espejo y una orquídea, nos quitamos los zapatos antes de avanzar– Ven, te enseñaré la casa. –Me llevo al final del corredor en donde estaba una sala de tonos tierra, el suelo era de madera, en medio de la sala había una mesa y debajo un tatami, en la esquina había un par de sillones, había alguna que otra planta. –Este es el salón de visitas.
–Es muy bonito –miré todo a mi alrededor, había una puerta abierta que daba a un baño, en una mesa reposaba una espada enfundada, estaba en un soporte, tenía un guardamanos en forma de llama. Era acogedor. El hizo un gesto con la mano pidiéndome que lo siguiera y yo así lo hice, pasamos a otra sala, esta era más decorada, los colores no cambiaban, siempre con tonos tierra y suelo de madera, pero en esta ocasión había una chimenea en la pared, un sofá y dos sillones, en una repisa colgaba una enredadera, al lado de la planta reposaban varios libros, explorando el lugar con la mirada se encontró con un cuervo que parecía dormir pues tenía la cabeza debajo del ala.
–¿Es un cuervo? –Shinjuro asintió restando importancia a ese hecho.
–Aquí es la sala de estar, aquí están las escaleras para el segundo piso, pero primero te enseñaré todo en esta parte, mira el patio es aquí –abrió la puerta de la sala, no mucho tiempo puesto a que hacía frío y la intención era mantener el calor de la casa.
–Entiendo, creo que me perderé un poco los primeros días –di una cálida sonrisa intentando que la conversación no fuera tan fría. Él abrió otra puerta revelando así el comedor, así con todo el piso de abajo.
–No te voy a mostrar todas las habitaciones ya que son varias y ya las irás conociendo, pero si la nuestra y la de los niños – «¿Nuestra?» Eso quería decir que dormirían juntos, se le haría algo incómodo, noté como Kyojuro tiraba de mi mano.
–Mira mi habitación es esta. –abrió una puerta y en la habitación había de todo que los niños necesitaran, había un futón y una cuna– Esta es mi cama, la cuna es de Senjuro, –se dirigió a una puerta y la abrió– aquí es nuestro armario –el pequeño tenía una actitud entusiasta, era un pequeño muy enérgico– la mitad derecha es la mía, la izquierda es de mi hermanito –en ningún momento el niño borró la sonrisa de su rostro, sentimos una ráfaga de aire frío y seguido un tierno estornudo proveniente del pequeño de puntas escarlata sorprendió a todos. Shinjuro fue a cerrar la ventana.
–Hay que ducharlos, Senjuro está muriendo de sueño, pero no le puedo acostar sin antes ducharlo.
–De acuerdo –sonreí– iré a calentar el agua.
–¿Eh? No hace falta, aquí ya sale caliente –me sonrojé por mi ingenuidad.
Le seguí hasta el baño en donde él abrió la llave ligeramente a la derecha y llenó una pequeña bañera, me sorprendió la facilidad con la que puso esa pequeña en la superficie del lavamanos.
–Te parece bien bañar a Senjuro, es el más me cuesta, me da miedo lastimarle.
–Sí –me entregó al bebé y con cuidado empecé a desvestirlo, le bañé con sumo cuidado, al final le vestí con un pijama marrón, cuando le cargué para arrullarlo no tardó en frotar sus ojos demostrando su cansancio, no pasó mucho tiempo para que sucumbiera ante el sueño, con cuidado le deposité en la cuna, era una ternura.
Durante la cena noté a Kyojuro pensativo, me preocupé ¿Qué tal si no le caí bien?
–¿Sucede algo Kyojuro? –Pasaron unos segundos antes de que respondiera.
–¿Debería llamarte mamá? –Sentí mis mejillas arder y Shinjuro casi se ahoga con el ramen.
–¿Eh? No me molesta...puedes llamarme así solo si tú quieres y si ni a tu padre ni a tí te incomoda. –El pequeño volteó a ver a su padre quien suspiró pensativo para luego asentir, una sonrisa se plantó en los labios del niño y comenzó a comer entusiasmado.
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❤️🔥Corazón En Llamas❤️🔥 | VEL320
FanfictionSHINJURO X TN Nayoko Shima es una chica de dieciséis de clase baja. Ella ayuda a su madre, Hainako, con sus dos hermanos más pequeños mientras su padre, Otojiro, trabaja junto a los dos mayores. En su familia se mantienen a base de la agricultura, c...