CAPÍTULO II

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NAYOKO

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NAYOKO

Días después de la inundación mi hermano Shuko y su familia vino a vivir con nosotros debido a que su casa se inundó, al igual que muchas otras, nosotros tuvimos la suerte de vivir en una zona alta del pueblo. Yo estaba junto a mi cuñada, mi sobrina y mis hermanos menores en mi habitación mientras mis padres y mi hermano mayor conversaban en el salón. Yo cargaba a Ori, mi sobrina, mientras Hanae ponía la oreja en la puerta intentando percibir algo.

-Señorita Hanae, no creo que logré escuchar nada -dije soltando leves carcajadas.

Ella suspiró dejando caer los hombros. -Supongo que tienes razón, pero me pica la curiosidad -ella se acercó hasta mí dirigiendo su vista a la niña en mis brazos. -¿Y tú no tienes curiosidad? -le habló a la bebé con una voz infantil haciéndola reír.

Escuchamos un ruido característico de una puerta al abrirse. Mi madre estaba en la puerta con una expresión seria.

-Nayoko, Hanae, vengan -mi cuñada y yo nos miramos desconcertadas, dejé a la bebé en brazos de Shuji y salí detrás de Hanae. Tomé asiento sobre el Tatami al lado de mi madre.

-Nayoko, tú eres consciente de lo que ha pasado estos últimos días, al no tener cultivos no tenemos nada que vender, si no podemos vender nada, no tendremos dinero para comer, esto no ha llevado a buscar una solución... daremos tu mano en matrimonio.

Me congelé, no podía hablar, me puse pálida. En cuanto acabé de procesar lo dicho hablé.

-¿Q-qué? -«¿no había otra forma?» «¿Y si buscaban un trabajo?».

-Mira... sé que esto es inesperado, pero, no encontramos otra solución, intentamos buscar trabajo, pero en este momento nadie puede permitirse contratarnos.

-Papá...yo... -no pude retener las lágrimas, grandes gotas cayeron por mis mejillas, mi madre me abrazó.

-No debes temer, no te casaremos con un mal hombre -esta vez habló mi hermano, aun llorando levanté la cabeza para mirarlo- descuida, de todas formas, tú ya estás en edad para casarte -. Eso no me calmaba, su esposa le dio una mala mirada, luego se dirigió a mí.

-Nayoko, sé que puede sonar aterrador, pero no es tan malo como piensas.

-Además, lo harás por tu familia -esa fue la gota que derramó el vaso, me enfadé, y mucho.

-¡¿Cómo puede decir qué no es tan malo?! ¡¿Cómo pudieron decidir con quién me casaré?! ¡¿Tan siquiera sé quién es?!

-¡Oye! Deja de gritar, ni siquiera lo sabemos nosotros, aún eso no está decidido -volvió a hablar mi hermano.

-Nayoko, la decisión está tomada, no hay más que podamos hacer.

Me fui corriendo de la casa hasta un arroyo y me senté bajo un árbol a llorar. Habían pasado horas cuando de repente sentí como una pequeña piedrecita golpeaba mi cabeza. Me giré y ahí estaba, mi mejor amigo, Hogai.

❤️‍🔥Corazón En Llamas❤️‍🔥 | VEL320Donde viven las historias. Descúbrelo ahora