La Bruja Nomi Alexiou

20 de septiembre de 2686

Los días pasaban, y Nomi seguía envuelta en las sombras protectoras del hechizo. Cada vez que intentaba relajarse, el peso del trato con Zyrrath le recordaba que su libertad no era absoluta. Kype no la podía localizar, pero otro demonio poderoso ahora tenía un control sobre su destino.

Nomi (pensando): Es perfecto, estoy fuera del alcance de Kype, al menos por ahora. Ahora viene el paso crucial: "El Sello de la Oscuridad" me liberará de su control completamente, aunque... estaré a merced de Zyrrath.

Nomi con un suspiro profundo, mira el cielo estrellado. Ella sabía que el precio de la libertad era alto, y que cada decisión que tomaba la alejaba más de lo que alguna vez fue. Pero también sabía que no podía dar marcha atrás.

Nomi (con voz baja): Solo necesito un poco más de tiempo... y podré ser libre... al menos de Kype.

Nomi saca el grimorio de su bolso, sus dedos se deslizaron sobre las viejas páginas hasta encontrar la que necesitaba: "El Sello de la Oscuridad"

Nomi (leyendo en silencio): "Para liberarse de las cadenas de la invocación, se requiere el sacrificio de un humano y una bruja, y debe ser realizado bajo la luz de la luna llena, creando un sello irrompible..."

Nomi se detuvo un momento, dudando por primera vez en días. Sabía lo que esto significaba: estaba eligiendo una prisión sobre otra. Con el sello, Kype ya no podría invocarla y sería libre de el, pero Zyrrath se convertiría en su nuevo amo.

Nomi (pensando): ¿Realmente estoy preparada para esto? ¿Estaré saltando de un abismo a otro?

Pero entonces recordó el dolor y la desesperación que Kype le había causado, cómo la había convertido en una herramienta de destrucción. Su odio hacia él era más fuerte que su miedo a lo desconocido con Zyrrath.

Con decisión renovada, Nomi empezó a reunir los ingredientes necesarios. Sabía que el hechizo requería una gran cantidad de energía y precisión. No podía permitirse errores.

Nomi (en voz baja): Si esto significa mi libertad de Kype, entonces... que así sea.

La noche estaba en calma, pero el aire alrededor de Nomi se sentía cargado. Sabía que esta era solo la calma antes de la tormenta que estaba a punto de desatar.

3:30 am.

Nomi se retorcía en su cama, la mente llena de pensamientos inquietantes y una sensación extraña que no la dejaba descansar. Una incomodidad creciente se instalaba en su espalda, como si algo estuviera cambiando dentro de ella. Con un suspiro de frustración, se levantó y caminó hacia el espejo, esperando encontrar alguna respuesta.

Cuando sus ojos se encontraron con su reflejo, quedó petrificada. Sus ojos, normalmente de un plateado etéreo, brillaban con una intensidad aún mayor, casi cegadora. Era como si sus pupilas reflejaran una energía oscura y misteriosa que había estado creciendo dentro de ella desde que obtuvo el poder de Zyrrath.

Dio un paso atrás, sorprendida. Algo no estaba bien.

Con las manos temblorosas, levantó lentamente la camiseta, revelando la piel de su abdomen. Allí, sobre su costado, apareció una marca que no estaba antes: un símbolo místico, intrincado y oscuro, que parecía pulsar al ritmo de su corazón. Sabía que no era un simple tatuaje, sino un sello arcano, una prueba tangible de su conexión con Zyrrath.

Nomi: Ahora comprendo... —murmuró, observando el símbolo con temor y resignación—. Este poder me va a costar caro...

Su voz temblaba ligeramente, pero había una firmeza en sus palabras. Sabía que había que estaba a punto de quebrar su conexión con Kype, que podría librarse de la voluntad del demonio que había marcado su vida durante tanto tiempo. Pero al hacerlo, se habrá vinculado irrevocablemente a Zyrrath, una entidad aún más poderosa y peligrosa.

Nomi: Ya no hay vuelta atrás... —dijo, dejando caer la camiseta y apartando la vista del espejo—. Debo estar preparada para lo que venga.

Con un suspiro profundo, Nomi volvió a su cama, pero sabía que no dormiría esa noche. Las sombras del poder que había invocado estaban siempre presentes, y el precio de su libertad recién comenzaba a revelarse.