2 de octubre de 2686

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Nomi emprendió su camino hacia Monte Espectral, un lugar envuelto en misterio, conocido por sus cielos eternamente nublados y el aura de magia oscura que lo rodeaba

Mientras Nomi caminaba por las calles empedradas de Monte Espectral, la brisa nocturna traía consigo susurros de los antiguos espíritus que vagaban por el lugar. Las luces tenues de las casas apenas iluminaban los rostros pálidos y las sombras alargadas de los pocos habitantes que se atrevían a salir por la noche. Cada paso de Nomi resonaba en la atmósfera cargada de misterio y miedo.

El pueblo, con sus casas de madera envejecida y enredaderas que trepaban por las paredes, exudaba una sensación de desolación. Monte Espectral había sido alguna vez un próspero asentamiento, pero ahora parecía estar atrapado en una eterna penumbra. Las leyendas hablaban de una maldición que afectaba a todo aquel que intentara vivir demasiado cerca de la montaña.

Nomi miró hacia la montaña, que se alzaba imponente en el horizonte, envuelta en una niebla espesa. La energía que emanaba de ella era casi palpable, y Nomi podía sentir cómo tiraba de su propia magia oscura, como si intentara absorberla. Sin embargo, en lugar de temer, se sentía atraída por la montaña, como si algo, o alguien, la estuviera llamando desde sus profundidades.

Nomi (pensando): Monte Espectral... un lugar lleno de sombras y secretos. Si hay un sitio donde podría aprender a controlar este poder, es aquí. Pero también debo ser cautelosa. No todos los espíritus que habitan este pueblo están dispuestos a ayudarme.

Recordando las palabras de Lyra, la ninfa del lago, Nomi permitió que una pequeña chispa de esperanza encendiera su mente en medio de la oscuridad que la rodeaba. Aunque su vida había sido marcada por la pérdida y el caos, la idea de tener una aliada, una amiga, le ofrecía un respiro en su tormento.

Nomi (murmurando): No estoy sola... Lyra está de mi lado. Con su ayuda, tal vez pueda aprender a controlar esta oscuridad, a usarla para algo más que destrucción.

A lo lejos, el sonido de un cuervo rompió el silencio. Nomi alzó la mirada y vio cómo el pájaro negro se posaba en una de las ramas de un árbol muerto. Le recordó que, aunque había encontrado un posible aliado en Lyra, su camino seguía siendo peligroso y lleno de enemigos ocultos. Aquellos seres que temían su poder y querían destruirla antes de que se convirtiera en una amenaza mayor no tardarían en hacer su movimiento.

Nomi (en voz baja, con determinación): Estoy lista. Si esos seres quieren destruirme, les demostraré que subestimaron mi voluntad de sobrevivir. Con Lyra a mi lado, no estaré sola en esta lucha.

Con esa resolución, Nomi continuó su camino hacia el corazón de Monte Espectral, donde sabía que el destino, y posiblemente su redención, la estaban esperando.

Avanzó por el sendero oculto entre las sombras de los árboles altos. La luna llena, suspendida en el cielo oscuro, derramaba su luz plateada sobre el pueblo, iluminando su camino con un resplandor suave y etéreo. Cada paso resonaba en el silencio, como un eco distante en medio de la quietud sobrenatural que envolvía el lugar.

Con determinación, Nomi abrió el grimorio oscuro, sintiendo el poder antiguo y maldito que emanaba de sus páginas. Sabía lo que tenía que hacer para ejecutar el "Sello de la Oscuridad": un sacrificio humano y uno de una bruja, realizado bajo la luz de la luna llena. Pero Nomi tenía un plan diferente, uno que no implicaba un sacrificio real, al menos no en el sentido tradicional. Su mirada se posó en las almas errantes que había logrado controlar en su vagar por el mundo. Eran almas de aquellos que habían muerto sin encontrar paz, condenadas a vagar entre los reinos.

Nomi (pensando): Estas almas... podrían funcionar. Si puedo ofrecerlas en lugar de sacrificios vivos, tal vez pueda liberar mi alma sin añadir más sangre a mis manos.

Nomi comenzó a susurrar las palabras del grimorio, invocando el poder del sello. Las almas errantes empezaron a moverse, revoloteando a su alrededor, sus lamentos llenando el aire mientras eran arrastradas hacia el ritual. El sello oscuro se formaba en el suelo, un círculo complejo de runas antiguas que brillaban con una luz ominosa.

Justo cuando el hechizo alcanzaba su punto máximo, una presencia familiar se hizo notar. El aire se volvió frío, y una risa oscura resonó en la noche.

Zyrrath: ¿De verdad pensabas que podrías escapar tan fácilmente, pequeña bruja?

Nomi sintió una punzada de desesperación cuando Zyrrath se materializó frente a ella, su figura imponente oscureciendo la luz de la luna. El demonio la observaba con una sonrisa perversa en su rostro.

Zyrrath: No tan rápido, Nomi. Tu libertad de Kype puede esperar. Tengo otro trabajo para ti.

Nomi lo miró desafiante, aunque sabía que no podía luchar contra él.

Nomi: ¿Qué es lo que quieres ahora, Zyrrath?

Zyrrath dio un paso hacia ella, sus ojos brillando con malicia.

Zyrrath: La guerra del inframundo está a punto de comenzar. Los demonios están en guerra, y necesito una aliada que pueda hacer el trabajo sucio en el mundo terrenal. Hay un grupo de humanos que ha estado interfiriendo con nuestros planes. Necesito que te encargues de ellos... de manera definitiva.

El corazón de Nomi latió con fuerza. Sabía que no podía rehusarse, pero el precio de continuar obedeciendo a Zyrrath era perder aún más de lo poco que le quedaba de su humanidad.

Nomi (resignada): ¿Y si me niego?

Zyrrath sonrió, mostrando sus colmillos afilados.

Zyrrath: Sabes que no tienes elección. La guerra del inframundo es inevitable, y estar de nuestro lado es lo único que te mantendrá con vida. Además, no olvides que yo controlo tu destino ahora.

Nomi miró el sello incompleto a sus pies. Estaba tan cerca de liberarse de Kype, pero ahora Zyrrath tenía otras intenciones para ella. Con un suspiro de resignación, cerró el grimorio.

Nomi (murmurando): ¿Qué es un demonio más en mi vida...?

Con una última mirada al cielo estrellado, supo que el precio de su libertad iba a ser más alto de lo que había anticipado.

La Bruja Nomi AlexiouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora