25 de octubre de 2686 parte dos

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Nomi se encontraba en una encrucijada. Sabía que Lyra estaba muy lejos como para ir a buscarla, pero no tenía tiempo que perder. Si quería derrotar a Kype, debía actuar de inmediato. Entonces, recordó que su magia, aunque enraizada en la oscuridad, había sido purificada en el pasado por la magia de Lyra. Quizás, gracias a esa purificación, sería más fácil contactarla a través de un ritual de invocación, uno que Nomi jamás había intentado con alguien como Lyra.

El proceso fue complicado. La invocación estaba diseñada para atraer demonios, criaturas oscuras y almas del inframundo, pero Nomi, confiando en su conexión con Lyra, adaptó el hechizo. Trazó un círculo en el suelo, utilizando luz y agua en lugar de los elementos sombríos que usualmente empleaba. La energía del ritual era distinta, más suave pero potente, y mientras recitaba las antiguas palabras, la luz dentro del círculo se intensificó hasta cegarla por un instante.

De repente, una figura etérea emergió del círculo. Envuelta en una luz radiante, con el agua ondulando a su alrededor como si respondiera a su energía, apareció Lyra, su rostro sereno pero alerta.

Lyra (sorprendida pero tranquila): Oh, Nomi... me has invocado. ¿Qué ha pasado?

Nomi (determinada): Sé cómo derrotar a Kype de una vez por todas, pero necesito tu ayuda.

Lyra se mantuvo en silencio por un momento, estudiando a Nomi. Podía sentir el peso de la oscuridad que aún colgaba sobre su amiga, pero también veía el destello de esperanza en sus ojos.

Lyra (con suavidad): ¿Qué necesitas?

Nomi (mirando fijamente a Lyra): Necesito que me ayudes a formar una alianza con los Guardianes de la Luz y la Oscuridad. Necesito un pacto para destruir a Kype y restablecer el equilibrio en el mundo terrenal. Sé que ellos no me escucharán, no sola. Pero contigo a mi lado... podremos hacer la diferencia.

Lyra suspiró, sus ojos iluminándose con una mezcla de preocupación y determinación. Sabía que los Guardianes no solían involucrarse en los asuntos humanos o de los brujos, pero también comprendía la magnitud de lo que estaba en juego. Había visto el caos que Kype había sembrado, y entendía la lucha interna de Nomi.

Lyra (asintiendo con decisión): Está bien, Nomi. Lo haré. Formaremos esa alianza, pero debemos tener cuidado. Los Guardianes no son fácilmente convencidos, y sus condiciones podrían ser impredecibles. Pero si alguien puede guiarlos hacia el equilibrio, es posible que sea tú.

Nomi sintió una oleada de alivio al escuchar esas palabras, pero también sabía que lo que estaba por venir sería lo más difícil que jamás había enfrentado. Con la ayuda de Lyra, se preparó para buscar a los Guardianes, aquellos seres cuya balanza entre luz y oscuridad decidiría no solo el destino de Kype, sino también el suyo.

Nomi sabía que el camino hacia la invocación de los Guardianes de la Luz y la Oscuridad no sería fácil. Los hechizos que necesitaba realizar requerían una cantidad de poder abrumadora, y cualquier error podría ser fatal. Pero más allá de eso, Nomi temía el precio oculto que podía venir con el uso de tanta magia. Durante un instante, la duda nubló su mente; se preguntó si estaría dispuesta a soportar las consecuencias de invocar a fuerzas tan poderosas.

Sin embargo, con un profundo respiro y renovada determinación, decidió seguir adelante. No podía permitir que Kype siguiera existiendo y, más importante aún, no podía perder lo poco que le quedaba de humanidad. Si había alguna manera de evitar que la oscuridad la consumiera por completo, era esta.

Con manos firmes, Nomi abrió su antiguo grimorio, el cual había acumulado el conocimiento de generaciones de brujos y brujas. Las páginas amarillentas se deslizaron hasta detenerse en los hechizos que había estado buscando, dos invocaciones poderosas, una para cada Guardián.

El primero era Flamma Divina Aegis, un hechizo tan antiguo que apenas se recordaba. Este conjuro invocaba al Guardián de la Llama Sagrada, un ser de luz pura cuya presencia purificaba todo a su alrededor y protegía a los que eran dignos de su poder. Las palabras inscritas en el grimorio parecían brillar con una luz cálida, como si el mismo pergamino recordara la fuerza sagrada que evocaba.

Nomi (murmurando las palabras del hechizo): Flamma Divina Aegis... trae al Guardián que purifica y protege...

Sabía que la magia de este hechizo resonaría con la parte de su ser que aún guardaba esperanza, la luz que Lyra había purificado en ella.

El segundo hechizo, Sombrae Atra Defensor, era de una naturaleza completamente opuesta. Despertaba al Defensor de las Sombras Puras, una entidad que protegía el equilibrio entre el bien y el mal. Este Guardián no era una fuerza del mal, pero tampoco era del todo bueno. Representaba la neutralidad perfecta de la oscuridad y el poder de lo desconocido. Su función era mantener el equilibrio en el universo, asegurándose de que ni la luz ni la oscuridad tuvieran supremacía.

Nomi (mientras recitaba las palabras del segundo hechizo): Sombrae Atra Defensor... despierta y trae el equilibrio de las sombras puras...

Cada palabra pronunciada del grimorio la llenaba con una extraña sensación de poder y responsabilidad. La invocación de estos seres no solo era un acto de magia, sino una súplica a fuerzas mucho más grandes de lo que Nomi había enfrentado antes.

Nomi (pensando): Este es el momento. Si no lo hago, lo perderé todo. No solo mi humanidad, sino cualquier oportunidad de salvar a este mundo.

Mientras se preparaba para ejecutar ambos hechizos, Nomi no pudo evitar sentir una mezcla de ansiedad y esperanza. ¿Responderían los Guardianes? ¿Estarían dispuestos a formar una alianza con alguien como ella, cuya alma había sido tocada por la oscuridad?

Sabía que el camino no sería fácil, pero con Lyra a su lado, confiaba en que tenía una oportunidad. Si lograba invocar a ambos Guardianes y ganarse su favor, tendría el poder necesario para enfrentar a Kype y restaurar el equilibrio en el mundo terrenal.

Con una última mirada hacia Lyra, que permanecía en silencio pero con una calma imperturbable, Nomi cerró los ojos y comenzó a canalizar su energía para completar los hechizos.

Nomi (susurrando para sí misma): No puedo fallar.

La Bruja Nomi AlexiouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora