16 De octubre de 2686

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Nomi yacía en el suelo, su cuerpo agotado por la intensa batalla. Cada respiración era un esfuerzo, y el dolor en su abdomen se hacía más agudo. Pero aunque el dolor físico la envolvía, en su mente había un tenue rastro de alivio. Había logrado lo que parecía imposible: había sellado el portal y desterrado a Zyrrath, al menos por el momento.

El cielo, que antes estaba teñido por las energías oscuras del inframundo, comenzaba a despejarse. Las nubes oscuras se disipaban lentamente, dejando que la luz tenue del amanecer atravesara la destrucción que quedaba en la ciudad. Sin embargo, Nomi sabía que la paz que sentía era temporal.

Nomi (pensando, con esfuerzo): He cerrado este portal, pero Zyrrath no se detendrá. No descansará hasta que haya reclamado el mundo terrenal.

Con gran esfuerzo, Nomi se puso de pie, sosteniéndose el abdomen herido. Sus piernas temblaban, y cada paso que daba era una lucha contra el dolor. Pero su voluntad seguía firme. Como Protectora de las Sombras, había asumido la responsabilidad de vigilar los portales y evitar que otros demonios los cruzaran. No podía permitirse el lujo de rendirse ahora.

Nomi (murmurando, con resolución): Debo encontrar a Lyra... Ella podrá ayudarme a sanar y a entender lo que viene a continuación.

Mientras avanzaba entre las ruinas de la ciudad, observaba los cuerpos inertes de los demonios que habían sido derrotados, y los restos del caos que Zyrrath había dejado a su paso. El mundo terrenal había sido testigo de una batalla devastadora, pero Nomi sabía que era solo el principio. Si Zyrrath volvía, la guerra sería aún más feroz.

Finalmente, Nomi llegó a las afueras de la ciudad y se dirigió hacia el lago turquesa donde había encontrado a Lyra por primera vez. El agua del lago seguía reflejando la luz del amanecer, pero ahora, había algo diferente en el aire. Era como si el mundo natural mismo hubiera sentido la perturbación que Zyrrath había traído.

Nomi se acercó a la orilla, cayendo de rodillas por el agotamiento. El agua del lago brillaba suavemente, y antes de que pudiera decir algo, Lyra emergió de las profundidades, su expresión llena de preocupación.

Lyra (con voz suave y preocupada): Oh, Nomi... Estás herida.

Nomi (con esfuerzo, sonriendo débilmente): He sellado el portal, Lyra... pero Zyrrath sigue ahí. No puedo hacer esto sola. Necesito que me ayudes a sanar esta herida oscura que Zyrrath me ha hecho.

Lyra se arrodilló junto a Nomi, colocando una mano suave sobre su hombro. La luz del lago reflejaba en sus ojos llenos de compasión y determinación.

Lyra (con voz firme): Has hecho más de lo que cualquier otra bruja podría haber logrado. Pero tienes razón, no puedes enfrentar a Zyrrath sola. Debemos reunir nuestras fuerzas, encontrar a otros que puedan ayudarte.

Nomi, sintiendo el calor de la presencia de Lyra, asintió con la cabeza. Sabía que el camino por delante sería peligroso, pero ahora, con la ayuda de Lyra y la sabiduría de los seres antiguos, tenía una oportunidad de prepararse para la próxima batalla.

Nomi (con determinación renovada): Si hay más portales, los encontraré. Zyrrath no volverá a cruzarlos. Lo prometo.

Lyra asintió con una mirada de esperanza, su conexión con el lago fortaleciéndola mientras comenzaba a sanar la herida de Nomi. Al sumergir sus manos en el agua cristalina, una luz suave emanó de sus dedos, envolviendo la herida en el abdomen de Nomi. El dolor comenzó a disminuir, aunque la oscuridad que Zyrrath había dejado en su interior todavía persistía.

Lyra (seria): Esta herida es más profunda de lo que parece. No es solo física, Nomi. Es un rastro del poder de Zyrrath. Para sanarla completamente, necesitaremos más que mi magia.

Nomi cerró los ojos, sintiendo la energía purificadora de Lyra fluir a través de ella. Sabía que la batalla había dejado cicatrices más allá de las visibles, pero también comprendía que no podía detenerse. No ahora. No mientras Zyrrath seguía siendo una amenaza.

Nomi (susurrando): He sentido su poder dentro de mí... pero no lo dejaré consumirme. Haré lo que sea necesario para detenerlo.

Lyra (con determinación): Entonces debemos buscar a los otros. Los guardianes de la luz y la oscuridad, aquellos que entienden lo que está en juego. Juntos, podremos detener a Zyrrath.

Nomi (con voz firme): Sí, debemos reunir nuestras fuerzas. Pero primero, necesito aprender a controlar esta oscuridad en mi interior. Solo entonces estaré lista para la próxima batalla.

Con el amanecer bañando el lago en tonos dorados, Nomi y Lyra se miraron con una comprensión silenciosa. Sabían que la batalla contra Zyrrath no había terminado, pero ahora tenían un plan y una alianza. La Protectora de las Sombras había encontrado su camino, y con cada paso que daba, se acercaba más a sellar definitivamente el destino de Zyrrath.

Mientras se levantaban, Nomi miró hacia el horizonte, donde las sombras de la próxima batalla ya se cernían.

Con el sol asomando en el horizonte, su luz dorada iluminaba el lago, creando destellos en la superficie mientras Nomi y Lyra se preparaban para lo que venía. La determinación en sus rostros era clara; sabían que el camino por delante sería difícil, pero no imposible.

La Bruja Nomi AlexiouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora