25 de octubre de 2686

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Nomi se adentró en el pueblo Garganta de las Almas

Construido alrededor de una antigua caverna, este lugar estaba vinculado a leyendas de seres subterráneos y voces que susurraban desde las profundidades. El paisaje está lleno de acantilados profundos y bosques oscuros, con árboles de ramas retorcidas que parecen susurrar en la penumbra. Las leyendas locales dicen que el pueblo fue construido sobre antiguos campos de batalla donde innumerables almas perdidas quedaron atrapadas, lo que da origen a su inquietante nombre.

Las casas del pueblo están construidas con piedra oscura y techos de tejas musgosas, cada una de ellas decorada con símbolos arcanos y runas protectoras para mantener a los espíritus a raya. Las calles son estrechas y empedradas, siempre húmedas por la constante llovizna que parece nunca cesar, y a menudo vacías, pues los habitantes prefieren mantenerse dentro al caer la noche.

Un río negro y helado cruza el valle cercano, conocido como el Río del Lamento, cuyas aguas supuestamente transportan las voces de aquellos que no han encontrado la paz. En el corazón de Garganta de Almas, se encuentra una antigua iglesia en ruinas, que una vez fue usada para ritos oscuros. Ahora es un lugar temido y evitado por todos, pues se dice que en sus criptas descansan fuerzas mucho más peligrosas que simples espíritus.

El pueblo está rodeado por colinas que conducen a cuevas subterráneas, algunas conectadas con los niveles más bajos del inframundo, según los rumores. Los pocos visitantes que llegan, generalmente hechiceros, ocultistas o personas en busca de poder oscuro, vienen para investigar los secretos prohibidos de este lugar o para realizar rituales arcanos. En la noche, las sombras se mueven por su cuenta, y los más temerarios aseguran haber visto figuras incorpóreas vagando por los caminos. Es un lugar donde la vida y la muerte parecen coexistir en un equilibrio precario, y donde el miedo a lo desconocido nunca desaparece del todo.

Mientras avanzaba, la brisa fría del anochecer acariciaba su piel, recordándole lo lejos que estaba de cualquier sensación de paz. Garganta de las Almas era un lugar antiguo, habitado por aquellos que comprendían las oscuras fuerzas del inframundo. Si había un sitio donde podría encontrar respuestas sobre cómo derrotar a Kype, ese era el lugar.

A medida que se acercaba al corazón del pueblo, las sombras parecían alargarse y cobrar vida, como si el propio terreno reconociera su presencia. Las leyendas antiguas hablaban de Garganta de las Almas como una intersección entre el mundo terrenal y el inframundo, lo que lo convertía en un punto de poder tanto para humanos como para demonios. Para Nomi, ese lugar no solo representaba conocimiento, sino también peligro. Las alianzas allí eran frágiles, y las traiciones, inevitables.

Mientras caminaba por el sendero empedrado que la conducía al centro del pueblo, Nomi observó las viejas casas de piedra, muchas de ellas abandonadas, con ventanas cubiertas de polvo y puertas que crujían al ser movidas por el viento. El silencio era pesado, solo interrumpido por el susurro del viento que traía consigo ecos de voces lejanas. El aire estaba cargado de energía oscura y, aunque no podía verla, Nomi sentía la presencia de seres invisibles observándola desde las sombras.

Nomi (pensando): Aquí encontraré lo que necesito... o pereceré en el intento.

Su objetivo era claro: encontrar a los sabios de Garganta de las Almas, aquellos que habían sobrevivido a las traiciones de demonios y poderosos brujos. Tal vez alguno de ellos conociera el ritual, el objeto o la clave que necesitaba para eliminar a Kype de una vez por todas.

Aunque el pueblo lucía desolado, aún mantenía vestigios de su antigua gloria. Los símbolos tallados en las paredes, las estatuas de hechiceros antiguos y los rituales olvidados que impregnaban cada rincón hablaban de un tiempo en el que la magia gobernaba todos los aspectos de la vida.

La Bruja Nomi AlexiouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora