18 de octubre 2686

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La herida de Nomi no había sanado por completo, aun sentía los efectos del poder oscuro de Zyrrath. Aunque aun sentía su influencia, ella sabía que no había tiempo que perder. Su cuerpo aún estaba débil, pero como la Protectora de las Sombras, tenía un deber que cumplir. Los portales que conectaban el inframundo con el mundo terrenal debían sellarse, y aunque Zyrrath seguía siendo una amenaza, Nomi sabía que no podía permitir que él o sus secuaces volvieran a atravesarlos.

Nomi (pensando): Es un riesgo regresar al inframundo... pero si no lo hago, el mundo terrenal estará condenado. No puedo permitir que Zyrrath lo destruya.

Con un destello de magia, Nomi se teletransportó al inframundo. Al llegar, fue recibida por una atmósfera sofocante y cargada de energía oscura. Todo a su alrededor parecía agitado, como si el propio inframundo supiera que había perdido una oportunidad importante. Los caminos sombríos se extendían ante ella, y Nomi avanzaba con sigilo, sabiendo que cualquier error podría costarle caro.

Mientras caminaba entre las sombras del inframundo, podía sentir la presencia de demonios y almas errantes que se arremolinaban a su alrededor, todas ellas llenas de resentimiento. Sus susurros y miradas la seguían, pero Nomi no se dejó intimidar. Sabía que esas criaturas estaban llenas de frustración por el fracaso de su primer intento de invadir el mundo terrenal, y que no tardarían en planear un segundo golpe.

Nomi (pensando): Debo encontrar los portales y sellarlos antes de que sea demasiado tarde. Zyrrath no se detendrá, y sé que está reuniendo más fuerzas. No puedo fallar esta vez.

Con cada paso, Nomi podía sentir el caos latente en el aire. Los demonios y sus secuaces estaban agitados, reuniéndose en grupos, discutiendo planes para atacar nuevamente. La energía oscura que llenaba el inframundo era casi tangible, y aunque Nomi era ahora la Protectora de las Sombras, sabía que un error la haría vulnerable.

En una colina, pudo ver a un grupo de demonios reunidos, con Zyrrath a la cabeza, observando desde las sombras. Sus voces bajas planeaban su próximo movimiento, ansiosos por volver al mundo terrenal y completar lo que no habían logrado la primera vez.

Demonio (con voz grave): Zyrrath no se detendrá. Esta vez, el mundo terrenal será nuestro, y nada podrá detenernos.

Nomi se escondió en la oscuridad, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que tenía que actuar rápido, antes de que los demonios pudieran ejecutar sus planes. Respiró profundamente y comenzó a caminar en dirección a los portales, uno por uno, para sellarlos antes de que fuera demasiado tarde.

Nomi (pensando): No dejaré que el mundo terrenal caiga. Lo detendré, cueste lo que cueste.

Con sigilo, Nomi avanzó, sabiendo que cada minuto contaba en la batalla que se avecinaba.

Nomi avanzaba con cautela, sintiendo la presión del tiempo mientras se acercaba al primer portal. Cada paso resonaba en el silencio inquietante del inframundo, y a su alrededor, las almas errantes y los demonios vigilaban, aunque ninguno se atrevía a enfrentarse a ella directamente. Sabían que ella era poderosa, pero también sabían que el poder de Zyrrath aún la superaba. Sin embargo, Nomi tenía algo que ellos no: determinación.

Cuando llegó al primer portal, lo encontró rodeado por un círculo de demonios menores, todos observando el vórtice oscuro que conectaba con el mundo terrenal. El portal brillaba con una energía oscura y retorcida, listo para abrirse de nuevo si Zyrrath así lo ordenaba.

Nomi (pensando): Debo sellarlo rápido antes de que Zyrrath y sus secuaces lo usen.

Con un susurro bajo, Nomi comenzó a recitar las palabras del hechizo de sellado que había aprendido en su purificación. Las runas antiguas empezaron a brillar en el aire mientras las sombras a su alrededor se agitaban. Los demonios que vigilaban el portal empezaron a notar lo que ocurría, pero antes de que pudieran reaccionar, Nomi terminó el hechizo.

Una luz oscura y poderosa envolvió el portal, y en un instante, el vórtice comenzó a cerrarse, emitiendo un sonido profundo y resonante. Los demonios se agitaron, gruñendo en frustración, pero ninguno de ellos se atrevió a atacar a Nomi. Sabían que enfrentarse a la Protectora de las Sombras en ese momento sería inútil.

Nomi (pensando, aliviada): Uno menos... pero aún hay más.

Sin perder tiempo, Nomi se alejó rápidamente antes de que los demonios pudieran organizarse. Su misión no había terminado. Aún quedaban otros portales abiertos, y cada segundo que pasaba era una oportunidad para Zyrrath de reagrupar sus fuerzas.

Mientras recorría los caminos sombríos del inframundo, pudo sentir la creciente tensión en el aire. Sabía que Zyrrath estaba al tanto de lo que estaba haciendo, y que no se quedaría de brazos cruzados. Al llegar al segundo portal, sintió una presencia familiar detrás de ella: la energía oscura y opresiva de Zyrrath.

Zyrrath (con voz profunda y amenazante): ¿De verdad crees que puedes detenerme, Nomi? Sellar estos portales no hará más que retrasar lo inevitable.

Nomi se giró lentamente para enfrentarlo. Allí estaba, su figura imponente y oscura, rodeada de sombras. Sus ojos rojos brillaban con malicia, y una sonrisa cruel se dibujaba en su rostro.

Nomi (con voz firme): No me importa cuánto lo intentes, Zyrrath. No dejaré que destruyas el mundo terrenal.

Zyrrath (burlón): ¿De verdad crees que tienes el poder para detenerme? Ya me has desafiado una vez, y sobreviviste de milagro. Esta vez no serás tan afortunada.

Sin darle tiempo a reaccionar, Zyrrath lanzó una ráfaga de energía oscura hacia Nomi. Pero ella, preparada, levantó una barrera protectora con la magia purificada que aún residía en su interior. El ataque de Zyrrath se estrelló contra la barrera, sacudiendo el suelo, pero Nomi se mantuvo firme.

Nomi (con determinación): No soy la misma que enfrentaste antes, Zyrrath. He aprendido. Y sé cómo derrotarte.

Zyrrath rugió de furia y se lanzó hacia ella, desatando todo su poder. La batalla entre ambos comenzó de nuevo, pero esta vez, Nomi estaba lista. Usando su poder purificado y su habilidad como Protectora de las Sombras, luchaba con todo lo que tenía, sabiendo que el destino del mundo terrenal dependía de ella.

El combate era feroz, cada golpe sacudiendo el inframundo. Nomi usaba hechizos de protección y ataques rápidos, mientras Zyrrath respondía con su inmensa fuerza y poder oscuro. A medida que la batalla continuaba, Nomi buscaba una oportunidad, un momento de debilidad en Zyrrath para lanzar el hechizo que lo detendría de una vez por todas.

Nomi (pensando): Debo seguir luchando... por el mundo terrenal... por todos los que dependen de mí.

La batalla continuaba, y el destino de los dos mundos pendía de un hilo.

La Bruja Nomi AlexiouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora