La Bruja Nomi Alexiou

15 de octubre de 2686 parte dos

La batalla entre Nomi y Zyrrath comenzó con una intensidad que sacudió el mundo terrenal. El suelo temblaba bajo sus pies mientras ambos desataban oleadas de poder oscuro y magia. Cada hechizo lanzado por Nomi chocaba con la fuerza bruta de Zyrrath, que se mantenía imponente, determinado a destruirla y desatar el caos en el mundo.

A medida que la pelea continuaba, otros demonios menores intentaron intervenir, pero fueron rápidamente repelidos. Esta lucha no era para ellos; era un enfrentamiento entre Nomi y Zyrrath, una batalla por el control, la libertad, y el destino del mundo.

Zyrrath (con una sonrisa cruel): Eres fuerte, Nomi, pero no lo suficiente. Tu destino es servir a mi voluntad.

Con un golpe devastador, Zyrrath lanzó una ráfaga de energía oscura que impactó directamente en el abdomen de Nomi. El dolor fue inmediato y profundo. Nomi cayó al suelo, sosteniéndose el abdomen herido, sintiendo cómo su vida se desvanecía lentamente.

Zyrrath (acercándose con malicia): Tu alma será mía, Nomi... Ya no hay escapatoria.

Nomi sintió una fuerza oscura tirando de su alma, tratando de arrancarla de su cuerpo. Su visión comenzó a nublarse, y la desesperación la invadió. Sabía que si no actuaba rápido, Zyrrath absorbería su alma, y todo habría terminado.

Nomi (pensando, con determinación): ¡No! No puedo dejar que esto termine así... ¡Debo luchar!

Con un esfuerzo titánico, Nomi canalizó las últimas gotas de su magia purificada y lanzó un hechizo protector alrededor de su cuerpo, creando una barrera que impidió a Zyrrath continuar absorbiendo su alma. La energía del hechizo brilló intensamente, protegiéndola del ataque del demonio.

Zyrrath (enfurecido): ¡Maldita bruja!

Mientras el poder de Zyrrath se estrellaba contra la barrera protectora, Nomi cerró los ojos y recordó su ritual de purificación. La calma que había sentido en ese momento, la fuerza que había adquirido al tomar el control de su propio destino. Ese recuerdo le dio el impulso que necesitaba.

Nomi (con voz firme y llena de resolución): No seré tu prisionera, Zyrrath. ¡No hoy!

Con una explosión de poder, Nomi reunió toda su magia purificada y lanzó un hechizo devastador directo hacia Zyrrath. La energía blanca y oscura se fusionó en un solo rayo, golpeando a Zyrrath con una fuerza abrumadora. El demonio soltó un rugido de dolor, tambaleándose hacia atrás, sorprendido por la fuerza del ataque.

Nomi (respirando con dificultad, pero determinada): Esta pelea no ha terminado, Zyrrath... Pero no te dejaré ganar.

Zyrrath, herido por el hechizo de Nomi, retrocedió, su cuerpo oscuro retorciéndose con el dolor. La energía de Nomi, una mezcla de luz y sombra, lo había golpeado con una fuerza que no esperaba. Aun así, su poder era vasto, y la furia en sus ojos rojos solo creció.

Zyrrath (con voz gélida y furiosa): Has logrado herirme, Nomi, pero no has ganado. Aún soy más fuerte que tú, y este mundo caerá bajo mi control.

Nomi, tambaleándose por la herida en su abdomen, apretó los dientes. El dolor la debilitaba, pero su voluntad seguía firme. Sabía que no podía retroceder ahora. Había llegado demasiado lejos, y el destino de ambos mundos dependía de su victoria. La barrera protectora seguía manteniéndola a salvo de los ataques de Zyrrath, pero sentía cómo su energía se agotaba rápidamente.

Nomi (pensando con desesperación): Debo encontrar una forma de detenerlo, de sellar el portal antes de que sea demasiado tarde.

Mientras luchaba por mantenerse en pie, las palabras de Lyra resonaron en su mente. La ninfa le había hablado de su rol como guardiana de los portales, y del poder que podría usar para sellarlos y evitar que los demonios cruzaran al mundo terrenal. Ese conocimiento era su última esperanza.

Nomi (con voz débil pero determinada): No solo debo vencerte, Zyrrath. Debo sellar el portal... Y acabar con esta guerra antes de que comience.

Zyrrath, viendo que Nomi intentaba reunir fuerzas, lanzó otro ataque, una explosión oscura que se estrelló contra su barrera. La barrera tembló, debilitándose aún más, pero no se rompió.

Nomi (murmurando): Debo actuar rápido... antes de que me quede sin energía.

Con la poca magia que le quedaba, Nomi alzó las manos y comenzó a recitar las palabras de un antiguo hechizo que había aprendido durante su purificación. Era un hechizo diseñado para sellar los portales entre los mundos, pero también requería un sacrificio. Sabía que al usarlo, podría sellar el portal de una vez por todas, pero no sin pagar un precio.

Nomi (murmurando): Si este es el precio que debo pagar... entonces lo aceptaré.

La tierra bajo sus pies comenzó a vibrar mientras la magia del hechizo se desplegaba, y un círculo de luz y oscuridad apareció alrededor del portal. Nomi sentía cómo su energía se drenaba, pero seguía adelante, su mirada fija en Zyrrath, quien se dio cuenta de lo que ella estaba haciendo.

Zyrrath (enfurecido): ¡No permitiré que cierres el portal! ¡Este es mi dominio, Nomi!

El demonio se lanzó hacia ella con toda su fuerza, pero Nomi, usando la última chispa de su poder, completó el hechizo justo cuando Zyrrath estaba a punto de alcanzarla. El portal comenzó a cerrarse, emitiendo un sonido profundo y resonante. La luz alrededor de ellos se intensificó, envolviendo a ambos en un torbellino de energía.

Nomi (con una última mirada de desafío): No permitiré que destruyas este mundo, Zyrrath. Este es el fin... para ti.

Con un último grito de furia, Zyrrath fue arrastrado hacia el portal mientras este se cerraba lentamente, su figura desapareciendo en la oscuridad. Nomi cayó al suelo, agotada, su cuerpo temblando por el esfuerzo. Había sellado el portal, pero a un precio inmenso.

El mundo terrenal volvió a la calma, pero Nomi sabía que su batalla aún no había terminado. Aunque Zyrrath había sido desterrado por el momento, su influencia seguía latente. Ahora, como Protectora de las Sombras, tenía una nueva misión: mantener los portales cerrados y asegurarse de que ningún otro demonio los cruzara.

Nomi (susurrando, con los ojos cerrados): He ganado... pero la guerra aún no ha terminado.