19 de octubre de 2686

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Durante la intensa batalla entre Nomi y Zyrrath, el aire alrededor de ellos vibraba con la energía oscura que ambos desataban. Sus palabras eran casi tan poderosas como los hechizos que lanzaban, cada una cargada de odio, resentimiento, pero también determinación.

Zyrrath (con voz fría y despectiva, mientras lanza una ráfaga de sombras): ¿De verdad crees que puedes detenerme, Nomi? No eres más que una marioneta que se aferra a una falsa esperanza. Este mundo caerá, como todos los demás.

Nomi (bloqueando el ataque con su barrera, respirando con esfuerzo): No soy tu marioneta, Zyrrath. No lo fui cuando intentaste controlarme, y no lo soy ahora. Este mundo no te pertenece.

Zyrrath (riendo con crueldad, sus ojos rojos brillando intensamente): ¡Oh, pero ya lo es! Cada alma que toco, cada portal que abro... solo es cuestión de tiempo antes de que el mundo terrenal se arrodille ante mí.

Nomi (con determinación, lanzando un rayo de energía purificada que lo impacta ligeramente):
No dejaré que eso ocurra. Mientras yo esté aquí, no cruzarás al mundo terrenal.

Zyrrath (gruñendo, sintiendo el impacto): ¿Y qué harás, Nomi? No tienes el poder para detenerme. Soy la oscuridad misma. Tú solo eres una bruja rota.

Nomi (apretando los dientes, con la voz cargada de furia): Esa bruja rota te ha enfrentado antes y lo hará de nuevo... ¡Esta vez será el final!

Con un grito de ira, Nomi reunió todo el poder purificado dentro de ella y lanzó un ataque directo hacia Zyrrath. Un destello cegador de luz emergió de sus manos, impactando al demonio con una fuerza devastadora. Zyrrath, sorprendido, tambaleó hacia atrás mientras el hechizo lo golpeaba en su pecho.

Zyrrath (con voz débil pero llena de odio, mientras siente el daño casi mortal): ¡Tú... como te atreves...!

Nomi (avanzando hacia él, su mirada llena de determinación): No solo me atrevo, Zyrrath... estoy ganando.

Zyrrath cayó de rodillas, su poder debilitándose, pero su malicia seguía latente. Nomi, respirando con dificultad, lo miraba fijamente, sabiendo que la batalla aún no había terminado, pero que el golpe casi mortal había inclinado la balanza a su favor.

Zyrrath (jadeando, con los ojos llenos de furia): Esto no ha acabado, bruja...

Mientras la batalla entre Nomi y Zyrrath se intensificaba, los recuerdos de la rivalidad entre los dos demonios llenaron la mente de Nomi. Sabía que Kype, aunque menos poderoso que Zyrrath, poseía una rabia acumulada que podría ser su ventaja en esta situación. A pesar de haberse liberado de Kype, invocarlo podría ser su única oportunidad para detener a Zyrrath.

Nomi (pensando con rapidez, mientras esquiva un ataque de Zyrrath): Kype ya no tiene poder sobre mí, pero su odio hacia Zyrrath es más grande que su propia sed de poder. Si lo invoco, podría ayudarme... aunque pediría algo a cambio.

El pensamiento de depender de Kype, un demonio que había manipulado su vida durante tanto tiempo, la hizo dudar. Sabía que jugar con fuego significaba quemarse, pero no tenía otra opción. Mientras veía a Zyrrath preparando otro ataque mortal, Nomi tomó una decisión.

Nomi (con una mezcla de resolución y amargura): Si invoco a Kype, tendré que destruirlo después. No me dejaré atrapar de nuevo.

Con una voz firme, Nomi comenzó a recitar las palabras del antiguo hechizo de invocación de Kype. Las sombras a su alrededor se arremolinaron y el aire se volvió pesado. Zyrrath, al darse cuenta de lo que estaba haciendo, gruñó con furia.

Zyrrath (con desprecio): ¿Crees que invocar a ese traidor cambiará algo? Ambos caerán ante mí.

Nomi (sin dejar de recitar el hechizo): Kype te odia tanto como yo, Zyrrath. Y el odio puede ser más poderoso que cualquier fuerza.

El suelo bajo sus pies tembló, y una figura oscura comenzó a emerger de las sombras. Los cuernos retorcidos y la presencia sofocante de Kype llenaron el campo de batalla. Sus ojos, ocultos en la oscuridad, parecían brillar con malicia.

Kype (con una sonrisa maliciosa, dirigiéndose a Nomi): Vaya, vaya... así que vuelves a mí, Nomi. ¿Qué estás dispuesta a ofrecerme esta vez?

Nomi (mirándolo con frialdad): No tengo tiempo para tus juegos, Kype. Zyrrath debe ser detenido, y lo sabes. Después de esto... tú también caerás.

Kype soltó una carcajada, complacido por la valentía de Nomi, pero también sabiendo que el odio que le tenía a Zyrrath era suficiente para involucrarse en la batalla. Con una sonrisa sádica, Kype se volvió hacia Zyrrath, listo para desatar su venganza.

Kype (con voz profunda, mirando a Zyrrath): Es hora de que terminemos lo que empezamos, Zyrrath.

La Bruja Nomi AlexiouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora