La Bruja Nomi Alexiou

20 de octubre de 2686

Nomi respiró profundamente, sintiendo aún el peso de la batalla que había librado. La presencia de Kype la rodeaba como una sombra opresiva, recordándole el peligro inminente que representaba. Aunque Zyrrath había caído, el verdadero desafío estaba frente a ella ahora. Kype, el demonio que le había otorgado poder oscuro a cambio del alma de su padre, ahora reclamaba su parte del trato: el alma de Nomi

Kype (con una sonrisa maliciosa, dando un paso hacia Nomi): ¿Como me pagarás, Nomi? No puedes escapar de mí esta vez. Tu alma será mía, lo sabes bien.

Nomi lo miró con frialdad, su mente trabajando rápidamente para encontrar una salida. A pesar del agotamiento físico, sabía que no podía permitir que Kype reclamara su alma. No después de todo lo que había hecho para liberarse de él. Ya no era la misma niña vulnerable que una vez había caído bajo su control.

Nomi (con voz firme, aunque sintiendo la presión en su pecho): No te debo nada, Kype. El sello de la oscuridad me protege de ti. No tienes control sobre mí.

Kype soltó una carcajada profunda, sus ojos brillando con malevolencia. Su risa resonaba en el aire como un eco siniestro.

Kype: Ah, querida Nomi, siempre tan ingenua. Ese sello puede haberte protegido por un tiempo, pero el poder que yo te di sigue corriendo por tus venas. Esa oscuridad nunca se irá. Y tarde o temprano, me entregarás tu alma... por tu propia voluntad.

Nomi frunció el ceño, su determinación endureciéndose. Sabía que Kype no se detendría hasta que obtuviera lo que quería, pero no estaba dispuesta a ceder. Tenía que encontrar una manera de derrotarlo, de romper definitivamente su vínculo con él.

Nomi (con una chispa de desafío en su voz): Haré lo que sea necesario para destruirte, Kype. Zyrrath ya ha caído, y tú serás el próximo.

Kype se detuvo, su sonrisa desvaneciéndose momentáneamente, reemplazada por una expresión más seria.

Kype (en tono amenazante): Cuidado, Nomi. Estás jugando con fuerzas que ni siquiera comprendes. Si eliges enfrentarte a mí, estarás desafiando el mismo abismo.

Nomi no vaciló. Estaba preparada para enfrentarse al abismo si eso significaba ser libre. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero había sobrevivido a Zyrrath y, de alguna manera, encontraría la forma de deshacerse de Kype también. Ahora debía planear cuidadosamente, fortalecerse y descubrir el punto débil del demonio. Porque la batalla no había terminado, y Nomi estaba más determinada que nunca a ganar.