Sinfonía de Corazones

8. Destellos de nuevos comienzos

En la mañana, Harry y Liam se reunieron en la cocina  para degustar un breve desayuno antes de que Liam regresara a casa. La luz del sol entraba por la ventana, iluminando el pequeño espacio donde ambos disfrutaban de los alimentos. Mientras preparaban tostadas y café, la conversación fluyó con facilidad, entre risas y anécdotas, compartieron breves chistes que solían hacer entre ellos, hasta que finalmente, Liam miró el reloj y supo que era momento de irse.

Harry se quedó en casa intentando concentrarse en sus deberes y prepararse para el examen que presentaría al día siguiente. Sin embargo, le resultó casi imposible mantener la mente enfocada en sus estudios, su pensamiento persistía en el recuerdo de Louis, la melodía de su risa, la chispa en sus ojos y esa extraña conexión que sintió al tenerlo tan cerca. A lo largo del día, esa sensación no hizo más que aumentar su inquietud.

Por la noche, la inquietud se convirtió en una idea que no lo dejaba dormir: ¿debería pedirle ayuda a Louis para potenciar su talento vocal? Harry sabía que la idea era arriesgada y le daba vergüenza pensar en cómo abordarla, pero sentía que era necesario buscar algún consejo. Recordó que Liam siempre había sido su apoyo incondicional y pensó que él sería la persona adecuada para discutir su plan.

Al llegar el día siguiente, Liam pasó a recoger a Harry y Gemma, como solía hacer cada mañana. El trayecto hacia la universidad fue tranquilo y sin contratiempos, algo inusual para un lunes, que generalmente solía ser abrumador. Cuando llegaron, Gemma se despidió con una sonrisa:

- Adiós chicos, aprendan mucho hoy. Nos vemos más tarde.

Harry y Liam la despidieron con una sonrisa y un gesto de la mano. Mientras caminaban hacia su salón, Harry decidió abordar el tema que había estado rondando su mente.

- Liam, necesito contarte algo importante, pero no te rías de mí- comenzó Harry, mirando a su amigo con seriedad.

- Dime, pero no prometo nada- respondió Liam, con un toque de broma en su voz.

- Verás, he estado pensando en algo que probablemente te parezca una idea absurda, pero creo que debo intentarlo. Desde el concierto, no puedo dejar de pensar en enviarle un mensaje a Louis para que sea mi mentor en canto, quiero que me ayude a desarrollar mi talento. Mi familia significa todo para mí, y quiero ofrecerles una vida mejor mientras persigo mi sueño. Sé que no es fácil, pero siento que podría lograrlo con su apoyo- explicó Harry, captando la atención total de Liam.

- ¿Pero qué planeas decirle para convencerlo?- preguntó Liam, sabiendo que debía ser serio en ese momento y dispuesto a ayudar a su amigo.

- No estoy seguro del todo. Pienso en explicarle mi situación, mi verdadero motivo para cantar. Quiero ayudar a mi familia, mejorar sus vidas mientras cumplo mi sueño, sé que suena un poco tonto, pero siento que tengo que intentarlo al menos- continuó Harry, con una mezcla de esperanza y preocupación en su voz.

- Es una idea un tanto peculiar, pero te apoyo completamente. Si no responde, no te desanimes, siempre hay otras maneras de encontrar oportunidades. Quizás podamos buscar un grupo para que cantes y, quién sabe, tal vez ganen reconocimiento pasando un tiempo- animó Liam con optimismo.

Después de esa conversación, llegaron al salón donde el profesor ya estaba listo para aplicar el examen. Ambos entraron al aula y luego de unas horas finalizaron su prueba, en la cual Liam sacó un 10, mientras que Harry obtuvo un 8. A pesar de la falta de concentración, no fue una mala nota.

Después de clases, Harry le pidió a Liam que le ayudara a redactar el mensaje que pensaba enviarle a Louis, consciente de que sería un reto, ya que Louis probablemente tenía un mánager que gestionaba sus redes sociales y no era precisamente él quien se encargaba de administrar sus mensajes no personales. Ambos estaban nerviosos, especialmente Harry, decidió que enviar el mensaje por Instagram a la cuenta verificada de Louis era la mejor opción.