1. Un nuevo comienzo

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Harry Styles

Harry despertó agobiado, sin saber exactamente cómo sentirse. Era su primer día de clases en la universidad y no lograba distinguir si lo que sentía era nerviosismo o un simple temor a lo que le depararían los próximos años. Ni siquiera había intentado hablar con sus padres sobre el tema, sabía que el mayor anhelo de su familia era que ambos hijos siguieran el camino de la medicina. Su hermana Gemma no había tenido problemas con ello, pues realmente vivía enamorada de la carrera, ella nació para eso y sus padres genuinamente creían que ambos hijos estarían guiados por el mismo camino. Sin embargo, Harry sabía que no era así.

Durante toda su vida, Harry y su familia vivieron con muchas limitaciones económicas, vivían al día y no podían darse lujos de ningún tipo, sus padres ahorraron para pagar los estudios de sus hijos, pero eso no fue suficiente. Desde pequeños, Gemma y Harry empezaron a trabajar. Gemma lo hacía como niñera y Harry en una panadería cerca de su casa. Aunque la paga no era perfecta, era un ingreso extra que les beneficiaba a todos.

A pesar de ello, el amor entre ellos era el núcleo de todo. Siempre acostumbraban a comer juntos y si algún integrante de la familia se retrasaba en su hora de llegada, nadie comía hasta que estuvieran todos juntos, en ocasiones, sólo hacían dos comidas al día, lo que frustraba a Harry, quien deseaba con todas sus fuerzas poder cambiar la situación, pero no sabía cómo. Muchas veces escuchaba a su madre desahogarse llorando con su padre sobre la falta de dinero y cómo reducían sus propios gastos para poder brindarles a sus hijos lo que necesitaban, ya fuera ropa, zapatos o material escolar.

-Harry, ¿ya estás listo? Debemos irnos en 5 minutos. No debes llegar tarde a tu primer día de clases, hermanito- dijo Gemma, quien parecía mucho más emocionada por el primer día de Harry que él mismo.

-Sí, salgo enseguida-respondió Harry.

Antes de salir de su habitación, Harry se miró en el espejo una vez más. Después de todo, el blanco del uniforme le quedaba bien, resaltando el hermoso verde de sus ojos. Se acomodó el cabello nuevamente y se dijo a sí mismo:

*Recuerda que no tienes otra opción, debes ser el mejor para ganar mucho dinero y ayudar a tu familia. Todo es por ellos. Tú puedes.*

Luego, salió de su habitación y se dirigió a la puerta. Sabía que en los próximos días no habría desayuno, ya que sus padres gastaron dinero en comprar los uniformes, así que se despidió con una sonrisa de sus padres, quienes le desearon lo mejor y le recordaron lo orgullosos que estaban de él y de Gemma.

El trayecto hacia la universidad fue más entretenido de lo que hubiera esperado, él y Gemma platicaron sobre las actividades para los nuevos estudiantes, algunos profesores y sus estrictas evaluaciones. Gemma le recordó a Harry que no debía preocuparse demasiado, que se adaptaría con el tiempo. Tras 40 minutos de caminata, finalmente llegaron a la institución y Harry admitió que la fachada era realmente muy bonita.

-Bueno, hermanito, aquí nos despedimos. Mi salón queda al otro lado del campus, así que debo apresurarme. Suerte en tu primer día, no tengas miedo. Nos vemos en la salida. Te amo- dijo Gemma mientras abrazaba fuertemente a Harry.

-No tengo miedo, solo estoy algo nervioso, pero agradezco tus palabras. Nos vemos al rato. Te amo, Gemm- respondió Harry, dándole un beso en la mejilla.

Tras la despedida, Harry comenzó a caminar hacia su salón de clases y, si no hubiera sido por las instrucciones de Gemma, se habría perdido en los pasillos confusos. Al llegar, notó a varias personas dentro, pero sólo reconoció a un chico.

Liam, su mejor amigo desde hacía tiempo, estaba en el mismo salón. A pesar de que su familia tenía una excelente solvencia económica, le enseñaron a valorar las cosas y que, a pesar de tenerlo todo, debía ganarse lo que quería. Aunque Liam podría haber estudiado en una escuela de paga, sus padres insistieron en que sería mejor en una escuela pública para tener una perspectiva diferente. A diferencia de Harry, Liam sí quería ser médico, y sus padres no pusieron limitaciones en su elección, siempre y cuando aprovechara la oportunidad que se le estaba brindando.

Sinfonía de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora