13. Contratos y deseos

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Finalmente, el ansiado día llegó, y una mezcla de nerviosismo y emoción invadía la habitación. Los amigos de Louis se habían reunido para apoyarlo, cada uno con expectativas y sentimientos encontrados. Niall, con su habitual humor, no paraba de hacerle burla a Louis, ansioso por conocer al chico encargado de flechar a su mejor amigo. "Espero que no sea un completo desastre", decía riendo, con la intención de aligerar la tensión que se palpaba en el aire. Quería saber si realmente valía la pena tanto alboroto por un solo encuentro.

En el fondo de la sala, Zayn se dedicaba a revisar minuciosamente los detalles del contrato. Sabía que cualquier error podría costarles caro, y estaba decidido a asegurarse de que todo estuviera en orden. Mientras escuchaba a Niall burlarse, su mente vagaba hacia el encuentro fugaz que tuvo con Liam el día anterior, había algo en la manera en que Liam lo miraba que lo había dejado pensando. A pesar de la confusión de sus propios sentimientos, Zayn se esforzaba por mantenerse enfocado, la carrera de Louis estaba en juego y no podía permitir que su distracción arruinara todo el trabajo que habían hecho hasta ahora.

Louis, por su parte, intentaba disimular su nerviosismo, reía de las ocurrencias de Niall, pero en el fondo, su mente estaba a mil por hora y no dejaba de divagar. Las manos, temblorosas y sudorosas, las ocultaba en los bolsillos de la sudadera que llevaba puesta. Era innegable la atracción que sentía por Harry, pero la noche anterior había tomado la difícil decisión de dejar de lado esos sentimientos. Tenía que concentrarse en el contrato y en ayudarlo a demostrar su talento, sabía que eso significaba reprimir su deseo, pero estaba convencido de que era lo correcto, ya que temía profundamente no ser correspondido.

A medida que avanzaba la mañana, Liam se despertó temprano, sintiéndose inquieto por la inminente reunión. Al entrar a la cocina, se sorprendió al ver que Harry ya estaba allí, bañado y vestido, con una energía que irradiaba. "No he podido dormir bien, la emoción me tiene despierto", confesó Harry, su rostro iluminado por una sonrisa nerviosa. Sabía que tenía talento y que hoy sería su oportunidad de demostrarlo, sin embargo, la verdadera razón detrás de su ansiedad era el deseo de volver a ver a Louis. Desde que se encontraron por primera vez, esa mirada compartida había sido una tortura dulce, una mezcla de anhelo y esperanza que lo mantenía despierto por las noches. Pensar en Louis lo llenaba de una felicidad indescriptible, y aunque intentaba mantener los pies en la tierra, la idea de que un chico como él pudiera impresionar a alguien tan exitoso como lo era Louis, quien solía rodearse de gente importante, elegante y muy hermosa, parecía casi un sueño. Era un recuerdo que lo perseguía, y cada vez que lo imaginaba, su corazón se aceleraba.

Liam no pudo evitar reírse ante la anticipación de Harry, que parecía un niño en vísperas de Navidad, completamente absorbido por su emoción. Sabía desde hace tiempo que los sentimientos de Harry hacia Louis eran profundos, más allá de la admiración por un artista, sin embargo, también era consciente de que Harry intentaría mantener la compostura, ya que esa reunión era crucial para su futuro como cantante. Mientras pensaba en Zayn, una sonrisa suave se dibujó en su rostro; tal vez, algún día, él también podría experimentar esa misma chispa de amor que parecía encender la vida de Harry.

Con la tensión acumulándose en el aire y cada uno lidiando con sus propios sentimientos, el momento de la reunión se acercaba. Las risas y los nervios se entrelazaban, creando un ambiente único y emocionante, donde todos tenían sus propios deseos, temores y esperanzas, pero en el fondo sabían que, sin importar el resultado, estaban juntos en esto. La amistad, la pasión y el deseo de lograr algo más grande que ellos mismos estaban a punto de enfrentarse a la oportunidad de sus vidas.

Dieron las 11, la hora acordada para el encuentro en la habitación de Louis. Ante la puerta, Liam y Harry se encontraban oscilando entre la emoción y la duda, los dos intercambiaban miradas nerviosas, como si el simple acto de tocar el timbre pudiera cambiar el rumbo de sus vidas. La anticipación crecía en el aire, y cada segundo parecía prolongarse.

Sinfonía de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora