17.

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Los cuatro nos sentamos en una mesa y la chica se acercó a mi y comenzó a enseñarme todos los diseños de su vestido.

──¿Seremos padrinos o algo así?

──Oh, no. Pero has dicho que eres la mejor amiga de Shoto, así que me gustaría recibir tu opinión

──Ya veo── respondí y las ganas de vomitar volvieron a invadirme así que solo me levanté de la silla y corrí directo al sanitario.

──¿Qué le pasa?

──Yo iré a ver

──Sera mejor que vaya yo── escuche a Bakugō y a los pocos minutos lo vi junto a mi. ──Ya pasó

──Dios, esto es horrible. Espero y valga la pena

──Claro que lo va a valer, ven déjame ayudarte── extendí mi mano y Bakugō la tomo para después los dos salir del baño e ir a la mesa.

──¿Estás bien Mei, necesitas algo?

──Tranquilo Shoto estaré bien

──¿Estás segura? Si quieres puedo mandar a que te traigan algo

──Shoto, de verdad estoy bien── respondí intentando calmar a mi amigo a lo que él solo asistió y continuamos viendo todo lo relacionado a la boda.

Una vez que terminamos de ver todo eso Bakugō y yo nos despedimos de Shoto y su prometida.

──Nos vemos luego

──Claro, fue un placer conocerte

──El placer fue mío

──Mei ya debemos irnos── asentí y salí de aquel restaurante. Una vez dentro del coche voltee a ver a Bakugō. ──¿Qué sucede?

──Yumiko soñaba con casarse con Shoto. Espero y aún no le haya dicho nada o ella se romperá

──Ella es fuerte, ya deberías saberlo

──Pero aún así, no me gustaría verla sufrir

──Mei

──¿Si?── dije al ver que se me quedó viendo y se quedó en silencio.

──Ya no pienses en eso y solo preocúpate por saber que llevarás dentro de tres días

──¿Adonde iremos?

──La escuela donde estudié ha hecho una ceremonia de festejo en honor a mi generación

──Ya veo── una vez que llegamos a casa los dos subimos a nuestra habitación y después de un baño nos quedamos dormidos.

💥💥💥

A los pocos minutos de que Mei tocó la cama se quedó completamente dormida, quizá era el embarazo lo que la tenía tan cansada y por eso siempre era la primera en dormir; en cambio yo tenía que dar vueltas en toda la cama para conciliar el sueño.

Al recordar que hoy había sido el control prenatal de Mei me pare de la cama y revise su bolsa, encontrando aquella foto del ultrasonido. El feto aún seguía del tamaño de un frijol pero al menos ya estaba fuera de peligro. Ella susurro algo y el perro se movió un poco para después volverse a acomodar, esa había sido nuestra rutina las últimas semanas; el perro no se despegaba de Mei y procuraba mantenerse bastante cerca de ella.

Volví a dejar el ultrasonido en su bolso y me volví a acostar viendo el rostro sereno de Mei, algunas señoras del centro medico nos habías dicho que Mei se llenaría de manchas por toda la cara pero nada de eso sucedía en ella, al contrario creo que se había vuelto más hermosa; sus largas pestañas y sus pecas era algo que no había mirado a detalle y esos finos pero rosados labios de pronto se me hicieron apetecibles, intenté acercarme un poco más a ella pero se movió así que solo me límite a verla dormir. El único cambio que había notado en ella era que su cabello se estaba volviendo un poco más opaco y ya no se veía tan verduzco pero de ahí en más todo estaba bien.

Cuando al fin logré conciliar el sueño apague mi luz de noche y me quedé dormido. A la mañana siguiente sentí a Mei demasiado pegada a mi por lo que abrí los ojos y vi que yo la estaba abrazando.

──Ya despertaste

──Mei, ¿Hace cuánto estás despierta?

──Apenas unos minutos, pero te veías tan tranquilo que no quise despertarte

──Si, jamás había dormido tan bien── respondí con una sonrisa y me estire un poco para ver la alarma, aún era temprano por lo que solo atraje más a Mei hacia mi y nos tape a ambos con las cobijas. La oi soltar una risilla pero solo la ignore y hundí mi rostro entre el hueco disponible de su cuello y hombro. ──Vamos a dormir un poco más

──Se te hará tarde para ir al trabajo

──También soy jefe, puedo llegar a la hora que quiera

𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗾𝘂𝗶𝗹𝗲𝗿 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora