08.

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Si la fachada era bonita, la casa por dentro era aún mejor. Un perro pomerania nos recibió a ambos y en cuanto me vio comenzó a dar vueltas y realizó varios trucos.

──Ay que lindo

──Solo intenta llamar tu atención, una vez que la tenga olvídate de ese lindo perro que estás conociendo

──Lo dudo── respondí con una sonrisa y me hinque para seguir acariciando al perro.

──Las habitaciones están arriba, jamás creí que tendría una familia así que solo hay un cuarto amueblado

──El cual es el tuyo

──Si, pero puedes dormir en la cama está noche en lo que amueblamos el otro cuarto

──¿Y tú?

──Yo dormiré en el sofá

──El sofa es incómodo, no querrás dormir ahí── respondí levantándome del piso, Bakugō solo asintió y ambos subimos a la planta de arriba para dejar mi maleta en el cuarto. Al entrar ví una enorme cama con cobijas negras, el perro corrió directo a la cama y se sentó frente a ella.

──Deja de llamar su atención

──Pero que dices, sólo está siendo muy educado

──Ajá── dicho eso dejo la maleta en la pequeña silla y abrió una puerta, dejando ver mucha ropa. ──No traes muchas cosas así que por mientras la puedes poner aquí

──Gracias

──No agradezcas, allá está el baño── ambos caminamos hacia donde señaló y después comenzó a decirme dónde podía encontrar lo que necesitará. ──Agua fría, agua caliente, champú, jabón y aquí tengo un estropajo nuevo, ahí están las toallas y puedes usar esa bata

Después de eso me dejó acomodar mi ropa en su mueble y volvimos a bajar a la sala.

──Allá está la cocina, puedes comer lo que esté en el refri y la despensa la compro cada tres semanas, si vas a necesitar algo puedes acompañarme o anotarlo en una hoja y entregármelo

──Claro

──Del perro me encargo yo, pero en caso de que quieras ayudarme con él lo saco a pasear todos los sábados sin falta, desde las nueve a once de la mañana

──Ya veo── murmuré y después salimos al patio donde ví una enorme piscina.

──Y por último la piscina, la puedes usar cuando quieras y la limpian todas las mañanas. Casi lo olvido todos los días viene la señora que me ayuda con la limpieza a veces viene sola y otras veces trae a su hija, es como de nuestra edad

──Entiendo

──Eso sería todo, volvamos adentro. Aquí está la contraseña del Wi-fi y los controles de la tele

──Gracias pero primero quisiera darme una ducha

──Está bien── de nuevo subimos a la habitación y él se acostó en la cama, yo tome ropa limpia y me metí al baño. Cuando estaba cambiándome me di cuenta de que no había metido mi pijama así que le hable a Bakugō.

──Bakugō

──¿Qué pasa?

──Podrías traerme mi pijama

──Dónde está

──En tu mueble, es una pijama de color azul

──No hay nada

──Claro que sí, ahí debe de estar

──Extra si yo digo que no está es por qué aquí no hay nada

──Debe de ser una maldita broma

──Toma── de repente la puerta fue abierta, causando que me asustara y cubriera mi cuerpo con la toalla. ──No voy a ver nada, toma la maldita playera

──Gracias── sostuve la toalla y tome su playera para después volver a cerrar la puerta, una vez que termine de cambiarme salí del cuarto y la ropa la dejé en mi maleta.

──Puedes usar mi cesto

──¿estás seguro?

──Sí── asentí y abrí el cesto metiendo la ropa, tome la toalla y comencé a secar mi cabello. ──Iré a darme una ducha si quieres ya puedes acostarte

──Si── dejé que se metiera al baño y yo me senté como indio en la cama, para después tomar el control y encender la televisión. Unos minutos después la puerta del baño se abrió y salió Bakugō con una toalla alrededor de su cintura, el color subió por mis mejillas y sentí como se aceleró mi ritmo cardíaco.

──Ponte una playera

──Esta es mi casa, puedo andar como yo quiera

──Ya no── me tape los ojos y escuché una risa.

──¿Qué te tapas la cara?

──Ponte algo

──Acaso no te gusta lo que ves── se acercó hasta la cama y dejo su cuerpo a centímetros del mío.

──¡P-ponte algo!── lo empuje y me di la vuelta para después meterme en las cobijas.

𝗠𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗾𝘂𝗶𝗹𝗲𝗿 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora