Seguí conduciendo, aun sollozante triste y totalmente en silencio, solo tenía mis ojos clavados en el camino, a lo lejos en un cruce de caminos vi como un grupo de algunos 6 leprosos eran abatidos a tiros por el mismo vehículo sandcat que vi hace rato. Llegue ala conclusión de que eran leprosos por la manera en que la lluvia de tiros hacia sus estragos sobre ellos.
El leproso (según los detalles que me dio mi jefe de unidad poco antes de salir de la base a por mí Denisse) es una persona contagiada de esa enfermedad de piel que se presenta con llagas y una especie de acné muy muy avanzado, llegando a deformar la cara o cuerpo del enfermo.
Las órdenes son evaluar al enfermo, si este tiende a ser violento y psicópata hay que neutralizarlo, pero si aún queda conciencia hay que llevarlo a la zona militar más cercana al centro de enfermedades para su estudio.
Luego de media hora de conducir, en este ambiente de calles despobladas, de sonidos de disparos, y alguna gente huyendo en sus vehículos, llegue a mi zona militar.
Desde la ventanilla divise el gran portón y su caseta de vigilancia, saque la mano haciéndole una seña a los guardias de la entrada, uno me hizo señas de que pasara, pero el otro frunció su seño, y me ordeno parar el vehículo.
-¿De dónde viene?
Pregunto el soldado menos amigable.
-¡He! Él es nuevo, se llama Luis Hernández, es militar idiota, déjalo pasar.
Le respondió el otro soldado, que por cierto yo lo conocía, se llamaba Steven.
Un ruido de beep muy ronco sonó fuertemente, enseguida se escucharon mecanismos metálicos como engranes o un martillo golpeando en el metal. El gran portón comenzó automáticamente a abrirse hacia un lado. Entonces quedo despejado el camino procedí a adentrarme a la base.
Circule algunos 40 metros, estaba otro punto de control, esos si me pidieron que bajara del vehículo.
-¿porque llevas ese cadáver?
-Ese cadáver solía ser mi novia.
-pasa a la cámara de incineración para que chamusques ese montón de carne con huesos.
-muy gracioso hijo de perra.
Desenfunde mi arma corta, mi berreta px 04, apuntando al soldado del puesto de control, pero él y otro soldado igual levantaron sus rifles.
-tira tu arma hijo de puta, sabes que está prohibido pasar así sin autorización.
-anda dispara cabron, ella era mi novia no tienes ningún puto derecho a expresarte así.
Entonces se escuchó una voz vigorosa de detrás del portón.
-he que pasa aquí cabrones, bajen las armas o los haré arrestar a los 3, ¿qué mierda está pasando?
La voz pertenecía a un teniente que iba pasando casualmente cerca del puesto de control 2.
Toda la zona militar está rodeada de grandes muros de concreto, la muralla 1, con puesto de control 1, te adentras, sigue la muralla 2 con puesto de control 2 y al último la tres, pero se entra y se sale a través de esos puntos de control.
-nada señor solo que quería sepultar a mi novia en el cementerio de los caídos.
-soldado Ud. sabe que el cementerio de los caídos es solo para los militares, lo único que permitirán es que pase a su "novia" por la sala de incineración, llévela ahí hable con el soldado de sanidad y que él se encargue, ¡retírese!
La sala de incineración quedaba entre la muralla 1 y la muralla 2, era una especie de morgue donde se quemaban todos los cadáveres de los enfermos.
Conduje así la sala de sanidad, mientras iba conduciendo veía algunos pelotones de soldados marchando y cantando, otros corriendo por la horilla del camino, entonces vi la sala de sanidad, era un edificio pintado en color gris, y con este calor el personal usaba sus trajes de protección de pandemia, me horrorizaba como se les veía, esas mascaras me recordaban al viejo darth vader.
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¿Los no zombies?
General FictionRelato de situaciones derivadas de una rara enfermedad desde el punto de vista de gente cotidiana.