ALERTA

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Sentía mucha sed, sueño a la ves, y ansiedad. Tenía en mi pecho un papel que decía mi nombre: "Denisse".

Mi cuerpo aún no respondía del todo bien, quería mover mi pierna derecha que por cierto la sentía adormecida y no me respondía, entonces un equipo de 6 médicos militares entraron, posándose a lado de mi camilla, con tablas de mano para apoyarse en la escritura, me observaban haciendo anotaciones.

Todo era muy higiénico en esa habitación, sabanas blancas cortinas blancas, todo en color blanco, olía a limpio.

El sonido del beep beep y el respirador artificial predominaban en mi habitación, hasta que de tajo el ruido de una explosión se apoderó del aquel ambiente apacible.

Dos de los médicos calleron al suelo, el resto sólo se tambaleó. La luz blanca que nos iluminaba de pronto se apagó y sirenas amarillas comenzaron a brotar, seguido de un sonido ronco de alarma.

Llegaron 4 militares pero no eran médicos, ellos usaban el mismo uniforme como los que me habían dado aquella paliza.

Se llevaron con ellos a los 6 médicos, Uno de ellos me apuntó con su índice, Pero los soldados se los llevaron a la fuerza, como evacuándolos.

Ahí estaba otra ves yo sola, en aquella cama, mis nervios comenzaron a quebrarse, un miedo se apoderó de mi alma, con mis ojos recorría la habitación de arriba abajo, y al fondo la puerta estaba abierta y se veía un gran pasillo, por el cual militares corrían en un mismo sentido.

Escuche algunas rondas de disparos, de pronto una enfermera que casi tropieza se detuvo de caer con la puerta de mi habitación y la cerró, quedando yo adentro.

Paso una hora, estuve escuchando sonidos de botas corriendo, disparos, algunas explosiones, gritos, mucha algarabía, y de repente el silencio volvió.

Las luces se apagaron, escuchándose un gran "click" o como el golpe de algo en metal, y encendieron luces azules, pero muy muy tenues, era evidente que el sistema de respaldo eléctrico se había activado.

¿Los no zombies?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora