Siete.

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El beso se desarrolla de manera torpe, Betterfly mueve los labios con lentitud e inseguridad, como si hubiera olvidado cómo besar; su boca reacciona por instinto, pero no hay calidez en su toque, y sus labios no parecen encontrar un lugar cómodo s...

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El beso se desarrolla de manera torpe, Betterfly mueve los labios con lentitud e inseguridad, como si hubiera olvidado cómo besar; su boca reacciona por instinto, pero no hay calidez en su toque, y sus labios no parecen encontrar un lugar cómodo sobre los de ella.

Nathalie por el contrario, lo hace con naturalidad, con la seguridad de quien domina el gesto; sus labios se mueven con la fluidez de alguien que lo ha hecho muchas veces, pero no hay verdadera conexión. 

El contacto es frío, casi mecánico, no hay dulzura ni pasión, es un simple toque de piel, un roce que no despierta nada más allá de la sorpresa inicial; es como si ambos estuvieran en sintonías diferentes, tratando de seguir el mismo ritmo, pero fallando en cada intento.

Sin embargo, el beso, no encuentra equilibrio; es carente de serenidad, desajustado, como si fuera un rompecabezas y algo no encajara. Antes de que cualquiera de los dos pueda pensar más allá, ella corta el contacto con la misma agilidad con la que lo había iniciado

Él abre los ojos, ligeramente desconcertado, tratando de asimilar lo que acaba de suceder, sus pensamientos se entremezclan mientras el calor sube a sus mejillas, tiñéndolas de rojo; afortunadamente, su máscara oculta el rubor, impidiéndole qué ella pueda ver lo avergonzado que está. 

Nathalie permanece expectante, parece estar aguardando la huida del héroe, tal como lo hizo la última vez, en vez de eso él permanece quieto, sin mover un solo músculo. 

Betterfly parece una estatua, aunque su cuerpo le pide escapar, desaparecer de esa situación incómoda y confusa, pero algo en su interior le impide hacerlo, ¿Va a seguir huyendo siempre? No puede seguir así, y menos permitir que ella se quede con la satisfacción de haberlo hecho huir una vez más.

Él traga saliva, intentando mantener la calma y carraspea, rogando que su voz no le falle en ese momento. 

-¿Por qué lo hiciste?

-Solo quería ver tu reacción

-Eso es... muy extraño. –Él frunce el ceño.

—Quería ver si huías otra vez... Pero es curioso que sigas aquí. –Ella suelta una ligera risa 

El héroe siente que su cuerpo entero se tensa, sus piernas no responden, aunque sabe que debería moverse, trata de ganar algo de control sobre la conversación, aún desconcertado por lo que acaba de suceder.

—¿Vas por ahí besando a extraños? —Pregunta en tono de defensa, aunque apenas sabe lo que está diciendo.

—¿Estás insinuando algo? –Nathalie cuestiona con una sonrisa en sus labios. 

Él se siente atrapado por su propia pregunta —No estoy acostumbrado a que me besen de repente.

—Lo siento, pensé que sería divertido verte huir otra vez. –Ella dice fingiendo inocencia. 

Como una polilla cazando en la oscuridad  ‖Gabenath‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora