𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐚𝐝𝐮𝐥𝐭𝐨𝐬 (+𝟏𝟖)
En el mundo clandestino de una poderosa organización criminal, Nathalie es una cazadora letal y eficaz; su misión: capturar al reciente héroe Betterfly, un hombre que se ha convertido en una espina constan...
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Gabriel seguía recostado en su cama, sin intención alguna de levantarse; su mente no dejaba de girar, atrapada en un ciclo de preguntas y dudas que lo mantenían en la misma posición, mirando el techo como si de algún modo las respuestas pudieran aparecer ahí.
La luz del día se filtraba por las cortinas, las sábanas estaban revueltas, una clara señal de que no había dormido bien en toda la noche; su cabeza estaba llena del recuerdo de anoche.
Específicamente, los besos que había compartido con Nathalie, el toque de sus labios, cada movimiento, se repetía una y otra vez en su mente. Y con cada repetición, la confusión aumentaba.
¿Estuvo bien permitir eso? Quizás ella no estaba pensando con claridad, después de todo, había bebido y su frustración era evidente, oero entonces, ¿Por qué no hizo nada para ayudarla? ¿Por qué, en lugar de intentar calmarla o encontrar una solución, simplemente la besó de vuelta?
Gabriel sintió vergüenza y remordimiento; los besos no solucionan nada, ¿Qué estará pasando por su cabeza? Era obvio que ella estaba lidiando con algo grande, algo que la estaba consumiendo, y sin embargo, no quería compartirlo con él, ¿Sigue viéndolo como un completo extraño?
Ese pensamiento lo mortificaba, Nathalie lo había visto en ambas identidades, habían compartido momentos que él consideraba importantes, momentos en los que sintió que se habían vuelto cercanos; aún así, ella mantenía esa barrera, esa maldita barrera que él no tenía idea de cómo atravesarla.
Recuerda su expresión de la noche anterior, tan molesta, tan frustrada, casi desesperada, quería ayudarla, lo deseaba con todas sus fuerzas, pero en lugar de hacer algo, en lugar de ofrecer una solución o un consuelo real, él se dejó llevar, se dejó arrastrar por los besos, por el momento, por el caos emocional que ella le transmitía.
Siguió besándola, contestando a cada uno de sus impulsos, hasta que la situación simplemente terminó y se fue.
Ahora estaba ahí, tendido en su cama, preguntándose si había hecho lo correcto, ¿Por qué lo hizo? Esa era la pregunta que más le dolía, no podía justificarlo, ni siquiera a sí mismo, ¿Fue por ella o por él? ¿Por la necesidad de sentir que estaba haciendo algo, aunque fuera insignificante?
El hombre se castigaba una y otra vez en su mente, reviviendo cada segundo de la noche anterior, intentando encontrar un punto en el que pudiera haber actuado de manera diferente, en el que pudiera haber sido más fuerte o más sensato, pero la realidad era que no había hecho nada.
Y por eso, no se había levantado de la cama.
Mientras Gabriel seguía tumbado en la cama, Nooroo aparece flotando cerca de él, percibiendo su confusión.
—¿Vas a levantarte o piensas quedarte ahí todo el día? —Pregunta, como quien no entiende las preocupaciones humanas.
Él no respondió de inmediato, su mente estaba en otro lugar, aún atrapada en los eventos de la noche anterior, ¿Querrá ella volver a verlo después de todo esto? Todavía no sabía cómo se sentiría ella tras lo sucedido, y ese pensamiento lo atormentaba.