Como una polilla cazando en la oscuridad ‖Gabenath‖

Once.

Nathalie lo miraba, tratando de procesar las palabras que él acababa de decir, intentando encontrar algún sentido en todo aquello que estaba pasando, sentía una mezcla de frustración y confusión. 

Por una parte, Betterfly le había confesado algo profundo, algo que parecía salir directo de su corazón, y por otra, mantenía una distancia casi insalvable, lo miraba, buscando en su rostro alguna señal que le indicara quién era realmente esa persona que estaba frente a ella, el héroe que ocultaba tanto, y que, al mismo tiempo, era capaz de mostrar sentimientos tan sinceros.

Él pareció notar su desconcierto, porque la observaba en silencio con esa expresión natural y tranquila que tanto le caracterizaba, ella aparta la mirada nuevamente, sintiendo que si lo seguía mirando tan fijamente perdería el control de sí misma.

—¿Qué esperabas que pasará? —Su voz intentaba sonar firme, pero él podía percibir el leve temblor de la inseguridad.

—Nada… No esperaba nada. 

Nathalie se apartó un poco más de él, incapaz de soportar la proximidad y la confusión que eso le generaba. 

—¿Y no pensaste en cómo me haría sentir todo esto? —Responde con una voz casi rota, conteniendo la mezcla de sentimientos que luchaban por salir.

—¿Tanto te afecta que tenga sentimientos por ti? —Su tono no era de reproche, sino de una genuina curiosidad, casi un reflejo de la conversación que había tenido con la joven horas antes, cuando ella le mencionó la posibilidad de otro hombre en la vida de la mujer. 

Nathalie desvia la mirada, apretando sus manos mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.

—¿Cómo crees que me siento al saber que le gusto a un completo desconocido? He sido transparente contigo, te he mostrado quién soy realmente, pero tú… —Hizo una pausa, notando la sorpresa en los ojos de él—. Tú solo muestras lo que quieres. 

Él bajó la mirada, visiblemente afectado por sus palabras, sabía que ella tenía razón, que a pesar de sus sentimientos, había cosas que jamás podría revelarle, pero al mismo tiempo, sentía que lo que le había mostrado era su verdadero ser. 

Sus sentimientos eran reales, honestos, aunque ciertas partes de su vida estuvieran ocultas.

—Yo he sido sincero contigo en lo que verdaderamente importa —Trata de explicar—, mi nombre, mi pasado… no son importantes. Lo que importa es lo que siento aquí, cuando estoy contigo.

—Puedes cambiar tu apariencia, convertirte en otra persona —Expreso su molesta—, ¿Cómo voy a saber que eres realmente quien dices ser? Yo te he mostrado quién soy, mis miedos, mis emociones… pero tú… tú siempre estás cubierto por esa máscara.

—¿Importaría eso?

—No… no importaría –Lo miró un segundo–. Pero es injusto, tú me has visto a mí, a mí sin nada que ocultar, y yo… yo no he visto nada de ti.