Como una polilla cazando en la oscuridad ‖Gabenath‖

Catorce.

Nathalie comienza a moverse lentamente, dejando escapar un suspiro mientras estiraba los brazos por encima de su cabeza para alejar el sueño; las sábanas se deslizaban sobre su piel desnuda, provocándole un leve escalofrío que la hizo fruncir el ceño momentáneamente. 

Manteniendo los ojos entreabiertos, ella levanta una mano para apartar su cabello despeinado de su rostro, es un desastre absoluto, después gira su cuerpo hacia el lado opuesto de la cama, buscando instintivamente la calidez que debería estar allí, pero su mano solo encuentra el frío vacío de unas sábanas que ya habían perdido el calor de un cuerpo. 

La mujer incorpora levemente, observando el espacio desocupado a su lado, su corazón dio un pequeño vuelco.

Por supuesto, ella no esperaba que él estuviera allí, él mismo había dicho que solo se quedaría esa noche, aun así, había una parte de ella, diminuta pero insistente, había deseado despertar junto a él, ver esos ojos profundos llenos de emociones que apenas podía descifrar. 

Fue una larga noche.

Nathalie no puede evitar que un leve rubor cubriera sus mejillas, después de haber pasado tanto tiempo en el sofá, habían decidido finalmente moverse al dormitorio, pero incluso allí, no pudieron detenerse; sus besos, caricias y susurros habían continuado durante horas, hasta que el agotamiento se apoderó de ambos. 

¿A qué hora se habrá ido? Ella miro el techo preguntándose mientras su mente repasaba los momentos de la noche anterior, ¿Cuánto tiempo se quedó después de que ella se quedó dormida? Era extraño cómo la euforia y el deseo podían transformarse tan rápido en un vacío incómodo al despertar sola. 

Su mirada vaga por la habitación, buscando alguna señal de él, algo que indicara que no había sido un simple sueño; fue entonces cuando lo vio. En su almohada, donde debería haber estado su rostro, descansaba una rosa roja. 

Sus ojos se abrieron por completo al verla, Nathalie se sienta de golpe, sujetando la manta contra su pecho mientras estiraba la mano para tomar la flor, sus dedos recorrieron suavemente los pétalos aterciopelados, y un nudo se formó en su garganta. 

¿Se trataba de una despedida... o de que trataba exactamente?

Betterfly había sido claro: solo sería una noche, pero esa flor, sencilla y hermosa, parecía contradecirlo, era como si él dejara una parte de sí mismo en ella, como si no pudiera evitar aferrarse, aun cuando había decidido alejarse. 

¿Por qué le hace esto? Pensaba mientras apretaba la rosa contra su pecho, su mente le decía que debía retomar el control, que no podía permitir que él la debilitara de esta manera, pero su corazón... su corazón ya no estaba dispuesto a escuchar razones.

Ella sostiene la rosa entre sus manos, observándola con incredulidad y ternura, ¿Qué tiene él con las rosas? Su mente se debate entre la ironía de la situación y el inexplicable encanto del gesto. Es tan ridículo, tan fuera de lugar, y sin embargo... algo en ello la conmueve profundamente.