La Navidad llegó a la casa de los Evans con una explosión de alegría y calidez. Desde temprano en la mañana, la casa estaba llena de risas, música navideña, y el sonido inconfundible de los niños corriendo por los pasillos, emocionados por la llegada del gran día. Eloise se levantó con una sonrisa, sintiéndose completamente inmersa en el espíritu festivo que envolvía a la familia.
Después de un desayuno ligero, todos se dispusieron a preparar la casa para la cena de Navidad. Las luces del árbol de Navidad parpadeaban con un brillo especial, y los aromas de la comida comenzaron a llenar el aire. Eloise, junto a Lisa, se encargó de preparar las galletas, una tradición que Lisa había mantenido viva durante años. Ambas trabajaban codo a codo en la cocina, riendo y compartiendo historias mientras amasaban la masa y cortaban las formas navideñas.
—Eloise, estás haciendo un trabajo maravilloso con estas galletas —dijo Lisa con una sonrisa mientras observaba a Eloise concentrada en decorar con glaseado.
—¡Gracias, Lisa! Me encanta hacer esto contigo —respondió Eloise, sonriendo mientras añadía los toques finales a una galleta en forma de estrella—. Estas galletas van a ser un éxito, lo sé.
—Lo serán, especialmente porque están hechas con mucho cariño —dijo Lisa, dándole un suave apretón en el hombro.
Mientras las galletas se horneaban, la casa comenzó a llenarse con los familiares y amigos cercanos que llegaban para celebrar. La familia Evans había hecho de la Navidad una ocasión especial, y este año no sería la excepción. La mesa estaba puesta con esmero, adornada con velas y centros de mesa que reflejaban la luz suave y cálida de las luces del árbol.
Los niños, que ya habían estado jugando toda la mañana, no se separaban de Eloise. Stella, en particular, no se despegaba de su lado, y Eloise la había peinado con cariño, creando trenzas y pequeños lazos en su cabello.
—Eloise, ¿puedes hacerme otra trenza? —pidió Stella, mirándola con ojos grandes y llenos de adoración.
—Por supuesto, Stella. Vamos a hacerte la trenza más bonita de todas —respondió Eloise, tomando el cabello de la pequeña recien bañada y peinándolo con suavidad.
Los demás niños también se unieron, mostrándole a Eloise los dibujos que habían hecho para ella como regalos navideños. Habían dibujado a la familia, el árbol de Navidad, y por supuesto, a Eloise en medio de todos ellos, con grandes sonrisas en sus rostros.
—¡Mira, Eloise! —dijo Miles, extendiéndole un dibujo—. Este eres tú, y aquí estamos todos juntos.
Eloise tomó el dibujo con una sonrisa radiante, conmovida por el gesto. —Es precioso, Miles. Voy a guardarlo siempre.
Cuando llegó la hora de la cena, todos se reunieron alrededor de la mesa, y el ambiente se llenó de una calidez indescriptible. Las conversaciones eran animadas, llenas de recuerdos y risas, mientras la comida, cuidadosamente preparada, se compartía entre todos. Eloise se sintió profundamente agradecida por estar rodeada de personas tan amorosas y generosas.
Después de la cena, llegó el momento del intercambio de regalos. Los niños fueron los primeros en entregar los suyos, emocionados por ver las reacciones de los adultos. Stella, con su cabello perfectamente peinado, entregó un pequeño paquete envuelto con cuidado a Eloise.
—Esto es para ti, Eloise —dijo Stella, sonriendo de oreja a oreja—. Lo hice yo misma.
Eloise, con el corazón lleno de emoción, abrió el paquete para encontrar una pequeña pulsera hecha de cuentas de colores. Cada cuenta era diferente, creando un patrón único y encantador.
—¡Es preciosa, Stella! —exclamó Eloise, poniéndose la pulsera inmediatamente—. Me la voy a poner siempre.
Stella la abrazó con fuerza, y Eloise sintió que no podía haber pedido un regalo más especial.
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La Influencer que conquistó Marvel
DiversosEloise Wells es una influencer que nunca imaginó que su pasión por las redes sociales la llevaría a las alturas de Hollywood. Desde su humilde comienzo en México hasta su vida actual en Miami, Eloise ha conquistado el mundo digital con su carisma y...