En las gradas, Howard y Harold, los padres de Clyde, observaban con preocupación mientras su hijo se preparaba para su combate contra Dipper. Ambos estaban visiblemente nerviosos, con los dedos entrelazados y sus miradas fijas en el escenario del torneo.
Howard: “¿Crees que Clyde esté listo para esto? Dipper parece... muy intimidante, y sus poderes psíquicos... no sé.”
Harold intentó tranquilizarlo, aunque él también compartía la preocupación.
Harold: “Clyde ha entrenado mucho, y Lincoln lo ha estado apoyando. Tenemos que confiar en que hará lo mejor que pueda. Es un chico inteligente y ha superado muchas cosas antes.”
Howard suspiró, claramente ansioso.
Howard: “Lo sé, pero no puedo evitar preocuparme. Es nuestro hijo, y este torneo parece... tan peligroso.”
Harold le puso una mano en el hombro.
Harold: “Lo entiendo. Pero Clyde es fuerte, mucho más de lo que a veces le damos crédito. Lo único que podemos hacer ahora es confiar en él y apoyarlo, sin importar lo que pase.”
Howard asintió, aunque seguía nervioso.
Howard: “Tienes razón, sólo espero que esté bien. Ya quiero que esto termine.”
Ambos continuaron observando, compartiendo miradas de apoyo y preocupación mientras esperaban que el combate de Clyde comenzara.
Antes del combate, Clyde se encontraba visiblemente nervioso. Sabía que se enfrentaba a Dipper, un oponente con poderes psíquicos que parecía confiado en su victoria. Sin embargo, su mejor amigo Lincoln se acercó para darle algunas palabras de ánimo.
Lincoln: "Hey, Clyde. No te preocupes demasiado. Has entrenado mucho, y sabes que tienes la fuerza para hacer esto. Solo mantente concentrado y recuerda que estoy aquí apoyándote."
Clyde respiró hondo y miró a Lincoln con una sonrisa agradecida.
Clyde: "Gracias, Lincoln. Es que... Dipper parece tan confiado, y yo no estoy seguro de si tengo lo necesario para ganarle."
Lincoln le dio un leve golpe en el hombro.
Lincoln: "Eso es lo que Dipper quiere que pienses. Pero recuerda todas las veces que has hecho cosas increíbles. Eres más fuerte de lo que crees, Clyde. Solo sé tú mismo y da lo mejor de ti."
En otro lugar, Mabel se acercaba a su hermano Dipper, quien estaba ajustándose mentalmente para el combate.
Mabel: "Suerte, Dipper. Vas a hacerlo genial."
Dipper, con una expresión de confianza y un aire arrogante, respondió rápidamente.
Dipper: "¿Suerte? ¿Quién necesita suerte? Ya tengo esto bajo control, Mabel. Clyde no es rival para mí."
Mabel, siempre optimista, sonrió, pero no pudo evitar notar la creciente arrogancia en su hermano. Mientras Dipper se preparaba para el combate, estaba convencido de que la victoria ya era suya.
El ambiente en la arena estaba cargado de emoción cuando el director tomó el micrófono. La audiencia, incluidas las familias y amigos de los participantes, estaba expectante por el próximo combate. El director se levantó y con voz clara y firme comenzó a presentar a los combatientes.
Director: "Damas y caballeros, es momento de nuestro siguiente enfrentamiento. En este lado, tenemos a un joven que ha entrenado duro, con la capacidad de transformar su cuerpo en roca sólida. ¡Un fuerte aplauso para... Clyde!"
Las gradas comenzaron a aplaudir y vitorear a Clyde, quien se encontraba visiblemente nervioso pero decidido, recibiendo miradas de aliento de Lincoln y de sus padres, Howard y Harold, quienes estaban al borde de sus asientos.