Tras el anuncio de la victoria de Anne, Lincoln no pudo quedarse quieto. La preocupación por Stella lo invadió y, sin pensarlo dos veces, salió corriendo de la sala médica, seguido de cerca por sus amigos Zach, Rusty, Liam y Clyde. Todos estaban igual de preocupados, sus pasos apresurados resonando en los pasillos mientras se dirigían a la arena donde Stella había caído.
Lincoln (con determinación): “¡Tenemos que ver cómo está! No puede haber terminado así…”
Los cinco chicos llegaron a la arena, donde Stella estaba siendo atendida por el personal médico. A pesar de que sus heridas eran visibles, Stella intentaba mantenerse firme, negándose a mostrarse completamente derrotada. Sin embargo, su cuerpo temblaba de agotamiento, y Lincoln podía ver el dolor en sus ojos.
Zach (preocupado): “¿Creen que estará bien? ¡Fue un golpe muy fuerte!”
Rusty (intentando calmarse): “Stella es fuerte, pero eso… eso fue brutal.”
Liam (serio): “Parece que no se rindió hasta el último segundo. ¡Esa es nuestra amiga!”
Clyde, siempre el más ansioso del grupo, ajustaba sus gafas mientras observaba a Stella con preocupación, sus manos temblando ligeramente.
Clyde (nervioso): “¿Y si no se recupera pronto? ¡Esto es demasiado!”
Lincoln avanzó hacia ella, sus amigos siguiéndolo de cerca. Cuando llegó junto a Stella, se inclinó, mirándola con una mezcla de preocupación y admiración. A pesar de todo, ella había dado lo mejor de sí misma, y eso era algo que Lincoln respetaba profundamente.
Lincoln (suavemente): “Stella... ¿cómo te sientes? Estamos aquí, todos nosotros. No tienes que preocuparte, lo diste todo.”
Stella levantó la mirada lentamente, una pequeña sonrisa cansada apareció en su rostro.
Stella (con voz débil): “Estoy bien… solo un poco magullada. No se preocupen por mí.”
A pesar de sus palabras, Lincoln podía ver que el esfuerzo la había dejado muy debilitada. Rusty y Zach intercambiaron miradas preocupadas mientras Liam se agachaba junto a ella, dándole palmaditas en la espalda.
Liam: “Eres increíble, Stella. Ninguno de nosotros podría haber aguantado tanto.”
Stella (con un débil intento de risa): “Gracias, chicos. Creo que… necesitaré un buen descanso después de esto.”
Lincoln se inclinó un poco más cerca, susurrando para que solo ella pudiera escucharlo.
Lincoln (con una sonrisa sincera): “Estamos orgullosos de ti, Stella. Descansa, te recuperas pronto.”
A pesar de la tristeza que Stella sentía por haber perdido, sabía en el fondo que esto no era el final. Su cuerpo dolía, pero más que el dolor físico, era el golpe emocional lo que la hacía sentir vulnerable en ese momento. Aun así, mientras miraba a sus amigos rodeándola, sonriéndole con ese apoyo incondicional, una chispa de esperanza empezó a encenderse en su corazón.
Stella (pensando): "Perder duele… pero esto no termina aquí. Tengo más por lo que luchar, más por lo que entrenar…"
Miró a Lincoln, quien le ofrecía una sonrisa sincera, y luego a los demás chicos, que hacían lo posible por animarla.
Stella (con una sonrisa débil): “Sé que no gané esta vez… pero esto solo es una pelea. No es el final. Volveré más fuerte, chicos.”
Lincoln (con una mirada de admiración): “Eso es lo que quería escuchar. Sabes que siempre estarás con nosotros, sin importar qué pase.”