Riot, sintiendo la ventaja bajo su control, continuó sometiendo a Lincoln con golpes implacables. Cada movimiento de su cuerpo estaba lleno de fuerza y precisión, como un depredador acechando a su presa. Lincoln intentaba resistir, pero su cuerpo, agotado por la lucha y la experiencia de enfrentarse a un ser con tanta destreza, ya no respondía como antes.
Riot: "Vamos, ¿es todo lo que tienes? Pensé que ibas a darme una pelea, pero solo eres una sombra de lo que los verdaderos héroes deberían ser."
Las palabras de Riot resonaban en la mente de Lincoln, perforando su determinación mientras sentía la presión física y psicológica del combate. Su cuerpo se sentía lento, sus movimientos más torpes a medida que el simbionte lo dominaba. La lucha parecía perdida, hasta que, de repente, una sensación extraña recorrió el suelo.
Un crujido helado recorrió la habitación, y Riot miró hacia abajo, apenas dándose cuenta de que sus piernas comenzaban a entumecerse. Un frío helado se extendía desde el suelo hasta sus rodillas, una capa de hielo cubriéndole las extremidades con una velocidad vertiginosa. Miró hacia atrás y vio a Frozono, quien había aprovechado un momento de descuido para atacarlo por la espalda.
Riot: "¡Maldito! ¡Qué te crees!"
Frozono, con su presencia imponente, se mantuvo firme, mientras la temperatura a su alrededor descendía drásticamente. El frío emanaba de él como un viento helado, y el aire se volvía espeso, cortante. Las piernas de Riot ya estaban completamente congeladas en el hielo, impidiendo su movimiento.
Frozono: "No tan rápido, amigo. Es hora de que te enfrentes a algo que no puedes controlar."
Riot intentó liberarse, pero el hielo era implacable. En un último esfuerzo por retomar el control de la situación, intentó usar sus tentáculos para liberarse, pero los movimientos ya no tenían la misma velocidad ni eficacia.
Fue en ese momento cuando Lynn Sr., observando la oportunidad que Frozono le había dado, no dudó ni un segundo. Se lanzó hacia Riot con una rapidez sorprendente, moviéndose con una agilidad que desmentía su apariencia robusta. Sin previo aviso, Lynn Sr. alcanzó al simbionte, y con una precisión calculada, atacó directamente a los ojos de Riot.
Lynn Sr.: "Es hora de que aprendas a no subestimarnos."
La ofensiva de Lynn Sr. fue brutal. Con su experiencia y fuerza, utilizó su puño como un proyectil dirigido, apuntando a los ojos de Riot con toda la fuerza que pudo reunir. El golpe fue certero, el impacto resonó en todo el espacio. Riot, desconcertado por la rapidez del ataque y el dolor agudo que sentía, soltó un gruñido gutural de furia.
Riot: "¡Arghh! ¡Malditos humanos, no saben cuándo rendirse!"
Lynn Sr.: "Nosotros no rendimos, no importa lo que hagas."
El simbionte, ya debilitado por la combinación de los ataques de Frozono y Lynn Sr., comenzó a perder su capacidad de mantener la forma. Los ojos, que habían sido su punto fuerte y su ventaja en el combate, ahora estaban seriamente dañados. Esto lo hizo tambalear, su cuerpo empezando a perder cohesión, la conexión con su huésped humano comenzando a fallar bajo la presión de los ataques.
Riot (jadeando): "Esto… no ha terminado… no me detendrás."
Pero el miedo en su voz no pasó desapercibido. El semblante de Lynn Sr. se endureció mientras observaba a Riot, sabiendo que, aunque el simbionte aún intentaba resistir, su lucha ya estaba condenada al fracaso.
Frozono (con tono burlón): "Creo que el espectáculo está por terminar."
A medida que el hielo rodeaba más y más al simbionte, y el daño en sus ojos le impedía atacar con la misma precisión, Riot se dio cuenta de que su tiempo estaba agotado. Sin embargo, no podía evitar dejar escapar una última amenaza.