10 años después de lo del torneo
Lincoln, Stella, Zach, Rusty, Clyde, Dash, Azula y Dipper se habían reunido en su base de operaciones, un lugar que, con los años, había pasado de ser su refugio de entrenamiento a su centro estratégico como héroes. Ahora adultos jóvenes, el peso de la responsabilidad de ser protectores de sus ciudades recaía sobre ellos, pero, en estos momentos, estaban en un ambiente más relajado, aprovechando el descanso tras una larga misión.
Stella, apoyada en una mesa de planificación, miraba a Lincoln mientras ajustaba su equipo de combate. "Nunca pensé que terminaríamos haciendo esto de tiempo completo, pero aquí estamos. A veces me pregunto cómo habría sido una vida normal."
Lincoln, quien se había convertido en un líder nato, le sonrió. "Bueno, esto es lo más cercano a lo normal para nosotros. Además, no cambiaría nada. Lo que hacemos importa."
Rusty, que estaba sentado en un sillón, interrumpió la conversación, lanzando una pelota de goma al aire. "Yo sí lo cambiaría. Podría estar en una playa ahora mismo, descansando, en lugar de luchar contra... ¿qué era lo último? ¿Un monstruo de tentáculos gigante o un ejército de robots?"
Clyde, siempre el más serio del grupo, sacudió la cabeza. "Robots. Pero, Rusty, sabes que no podemos dejar de hacer esto. Si no estamos nosotros, ¿quién va a proteger a los inocentes?"
Zach, que estaba al lado de Clyde, asentía. "Además, admitámoslo, ser héroes tiene sus ventajas. No todos los días tienes poderes o habilidades como las nuestras."
Azula, que estaba más distante, con su típico aire frío y calculador, añadió sin emoción: "Ustedes pueden disfrutarlo todo lo que quieran, pero no olviden que esto no es un juego. Los enemigos son cada vez más fuertes, y nosotros no podemos permitirnos fallar." Aunque se había suavizado desde su juventud, Azula seguía siendo la más dura de todos.
Dash, riendo, se levantó del suelo después de haber estado haciendo flexiones. "Vamos, Azula. Relájate un poco. Si no disfrutamos esto de vez en cuando, nos quemaremos. Además, no todos somos tan intensos como tú."
Dipper, que estaba en una esquina revisando unos papeles, levantó la vista con una sonrisa. "Estoy con Dash. Ser héroes es un trabajo difícil, pero no tiene que ser todo seriedad. Aunque... no negaré que a veces extraño el simple hecho de estar investigando misterios sin tener que pelear todo el tiempo."
Lincoln miró a Dipper, reconociendo su punto. "Sí, todos extrañamos algunas cosas de nuestras vidas anteriores, pero ahora estamos en una posición en la que podemos hacer una verdadera diferencia. Hemos logrado tanto juntos."
Stella se cruzó de brazos, mirando al grupo. "Eso es cierto. Cada uno de nosotros ha crecido y cambiado tanto desde que éramos solo adolescentes. Ahora somos héroes reconocidos, pero lo más importante es que somos un equipo."
Azula, en su tono habitual, agregó: "Somos fuertes, pero no indestructibles. No lo olviden. Debemos estar preparados para lo que venga."
Rusty se inclinó hacia atrás en el sillón. "Sí, sí, todos lo sabemos. Pero también debemos darnos crédito. Somos de los mejores."
Lincoln se rió. "De acuerdo, Rusty, somos buenos. Pero eso no significa que podemos relajarnos. El próximo desafío puede estar a la vuelta de la esquina."
La conversación siguió fluyendo entre ellos, hablando de viejas misiones, futuros planes y cómo cada uno había encontrado su propio camino como héroe. Aunque sus vidas eran muy diferentes ahora, el lazo que habían formado cuando eran adolescentes seguía siendo fuerte, y juntos, sabían que podían enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara sin saber lo único que les espera era Un futuro sombrío.