semi finales

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En otra parte, Dash se estaba preparando para su combate, tomándose unos minutos para calentar. Mientras estiraba sus piernas y brazos con movimientos rápidos, sintió la llegada de su familia. Sus padres, Mr. Increíble y Elastigirl, junto con su hermana Violeta, lo observaban con orgullo desde la distancia.

Mr. Increíble: (colocando una mano sobre el hombro de Dash) "¿Listo, campeón? Tienes 7 minutos para calentar. No te sobreesfuerces, pero mantén la mente enfocada."

Elastigirl: (sonriendo y apoyando a su hijo) "Recuerda, cariño, usa tu velocidad, pero también tu cabeza. No solo se trata de ser rápido, sino de ser inteligente."

Violeta: (con una sonrisa juguetona) "Vamos, Dash. Sabemos que puedes hacerlo. Solo no te emociones demasiado, ¿vale?"

Dash sonrió al escuchar el apoyo de su familia, respirando profundamente. Sabía que esta pelea sería un reto, pero tener a su familia cerca le daba un extra de confianza.

Dash: (determinación en sus ojos) "No se preocupen, voy a dar lo mejor. ¡Voy a hacer que se sientan orgullosos!"

Con ese apoyo familiar, Dash continuó calentando, mentalizándose para lo que vendría, sabiendo que sus padres y su hermana estarían ahí para él, pase lo que pase.

Mientras Dash seguía calentando, su mente viajó a sus recuerdos de la infancia. Recordó la primera vez que descubrió que tenía poderes, cuando apenas era un niño pequeño lleno de energía y curiosidad.

Dash (pensando): "Recuerdo cuando todo empezó..."

Flashback. Era un día común en la casa de los Parr. Dash, con apenas cinco años, corría por la casa mientras su madre le decía que bajara la velocidad. No podía evitarlo; sentía una necesidad incontrolable de moverse rápido. Entonces, un día en la escuela, durante una carrera, sin siquiera darse cuenta, corrió más rápido de lo que ningún niño había corrido jamás. Todos quedaron asombrados, excepto él. Para Dash, aquello se sentía natural.

Helen (cuando Dash era pequeño): "¡Dash! ¡Te dije que no puedes mostrar tus poderes en la escuela!"

Dash pequeño (confundido): "Pero, mamá... soy rápido. No puedo evitarlo."

Ese día fue un punto de inflexión para él. Sus padres le explicaron que, aunque sus poderes eran increíbles, debía aprender a controlarlos, a ser discreto y no llamar la atención. Pero Dash siempre soñaba con una vida en la que pudiera usar su velocidad sin restricciones, en la que ser rápido fuera algo para estar orgulloso.

Dash (volviendo al presente, sonriendo): "Ahora todo eso quedó atrás. Ahora puedo ser yo mismo, usar mis poderes y demostrar lo que puedo hacer."

Con ese pensamiento en mente, Dash terminó su calentamiento, listo para enfrentar lo que viniera. Sabía que desde pequeño había estado destinado a algo más grande.

Mientras Dash continuaba su calentamiento, su mente estaba enfocada en una sola cosa: ganar el torneo. Sabía que tenía la velocidad y el poder para hacerlo, pero también entendía que esta competencia no sería fácil. Sin embargo, estaba decidido a no rendirse.

Dash (pensando): "Chandler no es problema... Puedo manejarlo fácilmente. Pero Lincoln y Dipper... ellos son los verdaderos desafíos. Tendré que ser inteligente, jugar bien mis cartas."

Recordó las habilidades que ambos mostraron en sus respectivos combates. Lincoln, con su resistencia y ese poder extraño que había revelado, y Dipper, con su capacidad psíquica y su astucia. Eran oponentes formidables.

Dash (pensando): "Si todo sale como espero, tal vez Lincoln y Dipper se destruyan entre ellos, y solo quedará el camino libre para mí. Pero no puedo confiar solo en eso... Debo estar preparado para enfrentar a cualquiera de ellos. Ganaré esto, cueste lo que cueste. Pero sin trampas, solo con habilidad y velocidad."

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