5.

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Violeta caminaba por el campus de la universidad junto a Denna, su mejor amiga. Era una mañana luminosa, y el ambiente estaba lleno de energía. Los estudiantes se movían de un lado a otro, pero Violeta tenía la mente en otra parte.

—¿Has visto el nuevo café que abrieron en la esquina? —preguntó Denna, con entusiasmo.

—Sí, lo vi. Pero tengo algo más importante de qué hablar. —Violeta dijo, su voz un poco más seria.

Denna la miró, intrigada.

—¿De qué se trata? ¿Es sobre el chico nuevo del equipo de fútbol?

Violeta sacudió la cabeza.

—No, no. Es sobre... Chiara.

Denna levantó una ceja.

—Chiara, la nueva. ¿Qué pasa con ella?

Violeta se detuvo en seco y miró a su alrededor, asegurándose de que nadie pudiera escuchar.

—Vamos al baño. —dijo, llevándose a Denna con ella.

Una vez dentro, Violeta se apoyó contra el lavabo, sintiendo el peso de lo que estaba a punto de compartir. Denna cerró la puerta, y la curiosidad en su rostro creció.

—Ok, estoy lista. ¿Qué pasa con Chiara?

Violeta tomó un profundo respiro.

—Siento que... no sé cómo explicarlo. Pero creo que me estoy enamorando de ella.

Denna la miró, boquiabierta.

—¿Enamorándote? ¡Pero si siempre te has metido con ella!

—Lo sé, lo sé. —Violeta se pasó las manos por el cabello, frustrada. —Es una locura, pero hay algo en ella. Esos ojos... esa inocencia... Dios, me vuelve loca.

Denna se acercó un poco, cruzando los brazos.

—¿Estás hablando en serio? ¿Tu enemiga? ¿La chica que has estado acosando?

—¡Sí! —exclamó Violeta, sintiendo cómo la presión aumentaba en su pecho. —Y eso es lo que me jode. No puedo dejar de pensar en ella, y no debería. Ella es una mema, pero... me gusta.

Denna se quedó en silencio un momento, tratando de procesar lo que Violeta decía.

—Entonces, ¿qué vas a hacer? —preguntó finalmente.

—No lo sé. —Violeta se sentó en el borde del lavabo. —Es como si estuviera atrapada entre lo que siento y lo que se supone que debo hacer. Tengo una reputación que mantener, y no puedo permitir que nadie piense que me estoy enamorando de una chica que he hecho a un lado.

—Pero, ¿y si es real? —preguntó Denna, mirando a Violeta con seriedad. —¿Y si realmente sientes algo por ella?

—No puedo. No puedo dejar que eso suceda. —Violeta se cubrió la cara con las manos, sintiéndose abrumada. —Cada vez que la veo, siento un tirón en mi pecho. Pero luego recuerdo que soy yo quien le ha hecho la vida imposible.

—¿Y te sientes mal por ello? —Denna sondeó.

Violeta asintió, sintiéndose vulnerable.

—Sí. Últimamente he sentido que se ha vuelto demasiado real. A veces, cuando me lanza una de sus miradas desafiantes, me hace querer acercarme, no para burlarme, sino para... algo más.

Denna se acercó y puso una mano en su hombro.

—Tal vez deberías considerar cómo te hace sentir. No todo tiene que ser una lucha.

—No puedo dejar que me manipule. —Violeta se irguió, su tono volviéndose defensivo. —No puedo dejar que me tiente con esa mirada dulce.

Denna sonrió con complicidad.

—Esa "mirada dulce" parece estar haciendo algo en ti. ¿No crees que eso vale la pena explorarlo?

—¿Explorarlo? —Violeta se rió con incredulidad. —Es una locura. ¡Estás hablando de Chiara, la nueva!

Denna la miró con seriedad.

—Mira, no estoy diciendo que te lances de cabeza en esta relación, pero ignorar lo que sientes no te llevará a ningún lado.

Violeta se sintió atrapada entre dos mundos. Su papel como la chica popular, la que siempre estaba en control, y estos nuevos sentimientos que la hacían sentir insegura y vulnerable.

—¿Y si todo esto es solo una broma del destino? ¿Cómo puedo estar empezando a enamorarme de alguien a quien he tratado tan mal? —dijo, dejando escapar un suspiro profundo.

—Quizás eso es lo que hace que todo sea tan complicado. Pero a veces, lo que parece ser una broma puede ser algo verdadero. —Denna ofreció una perspectiva diferente.

—No puedo arriesgarme a perder mi reputación. Todos me verían como una tonta. —Violeta se sentía atrapada en un laberinto sin salida.

—¿Y qué si eso sucede? ¿Qué es más importante, tu reputación o lo que realmente sientes? —Denna la miró fijamente, retándola a reflexionar.

Violeta sintió el peso de las palabras de su amiga.

—No lo sé. Es tan confuso. —dijo finalmente, sintiendo una oleada de inseguridad.

—Entonces, tal vez deberías hablar con ella. Ver cómo se siente. —sugirió Denna.

—¿Hablar con ella? ¿Estás loca? Eso sería como entregar mi orgullo en bandeja de plata.

—A veces, ser vulnerable es más fuerte que mostrar una fachada. —Denna sonrió. —Te conozco lo suficiente como para saber que, en el fondo, quieres ser honesta contigo misma.

Violeta se quedó en silencio, considerando las palabras de Denna. La idea de ser honesta con Chiara la asustaba, pero también la intrigaba.

—No puedo hacerlo ahora. Necesito tiempo. —dijo, sintiéndose un poco más aliviada al compartir sus sentimientos con Denna.

—Está bien, pero no dejes que esto se convierta en una guerra interna. Tómate un momento para pensar en lo que realmente quieres. —Denna sonrió, dándole un pequeño empujón en el hombro.

Salieron del baño, y Violeta sintió que la presión comenzaba a disminuir. Sabía que tenía que enfrentar la situación, pero la idea de acercarse a Chiara la aterraba y emocionaba al mismo tiempo. ¿Podía realmente dejar de lado su papel de antagonista?

A medida que avanzaban por el pasillo, Violeta notó que Chiara estaba en su camino, hablando con algunos amigos. La vio reír y, por un instante, el mundo a su alrededor se desvaneció. Esa risa, esa chispa de alegría, la atrapó. Pero en un segundo, la realidad regresó y se sintió un nudo en el estómago.

—¿Vas a seguir adelante con esto? —preguntó Denna, rompiendo el silencio.

—No lo sé. —Violeta respiró hondo. —Pero creo que tengo que descubrirlo.

Denna sonrió, alentando a su amiga.

—Hazlo a tu manera. Pero recuerda, a veces lo que más tememos es lo que más necesitamos.

Violeta se despidió de Denna, sintiendo una mezcla de determinación y miedo. Sabía que tenía que tomar una decisión, pero en el fondo de su corazón, también sabía que no podía seguir ignorando lo que sentía por Chiara. Era hora de enfrentar la verdad, y aunque el camino era incierto, era un paso que debía dar.

Con una mezcla de esperanza y ansiedad, Violeta se dirigió hacia Chiara, sintiendo que el momento había llegado. La vida estaba a punto de cambiar, y estaba lista para descubrir si el amor era más fuerte que su orgullo.

- VC, spirito

Entre odio y pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora