9.

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Violeta llegó a la universidad con el café aún caliente en la mano, pero su mente estaba lejos de cualquier pensamiento sobre café o clases. La imagen de Chiara y Sarah hablando animadamente la había atormentado desde que se había cruzado con ellas en el pasillo. La forma en que Sarah se acercaba a Chiara, riendo y tocando su brazo, encendía un fuego de celos en su interior que no podía ignorar.

Al entrar al edificio, su mirada se centró en las dos chicas. Chiara se reía de algo que había dicho Sarah, y Violeta sintió cómo su corazón se aceleraba, pero no por una razón positiva. Era una mezcla de inseguridad y rabia que no podía explicar.

—Mira cómo se ríen —murmuró Denna, su mejor amiga, que la había estado observando. —¿No te parece que se llevan bien?

—Demasiado bien —respondió Violeta, tratando de ocultar la incomodidad en su voz.

—Violeta, tú solo estás celosa. ¿Por qué no hablas con Chiara?

—¿Hablar? —replicó Violeta con desdén. —¿Para qué? Para que me diga que es amiga de Sarah y que no hay nada entre nosotras. No creo que quiera escuchar eso.

Denna suspiró, comprendiendo que su amiga estaba en un dilema emocional. Violeta estaba atrapada entre sus sentimientos por Chiara y su necesidad de mantener su reputación como la chica fuerte y temida del campus.

Mientras tanto, Violeta no podía dejar de mirar a Chiara y Sarah. Esa risita de Chiara, esa luz en sus ojos, era algo que nunca había visto en ella antes. Era como si se estuviera transformando, y todo por una chica que acababa de llegar. Eso la enfurecía.

Decidida a no permitir que Sarah se interpusiera en su camino, Violeta tomó una respiración profunda. Sin pensar en las consecuencias, se acercó a las dos.

—¿Chiara? —dijo, tratando de sonar casual.

Chiara giró la cabeza, sorprendida.

—Oh, Violeta. ¡Hola!

—¿Te importa si hablamos un momento? —dijo, ignorando a Sarah.

—Claro, pero... —Chiara comenzó, pero Violeta ya la estaba arrastrando hacia el baño.

—No te preocupes, será rápido —murmuró mientras cerraba la puerta con pestillo.

Una vez dentro, la atmósfera cambió drásticamente. Violeta se volvió hacia Chiara, que estaba visiblemente confundida.

—¿Qué está pasando? —preguntó Chiara, frunciendo el ceño.

—No me gusta cómo te acercas a Sarah —dijo Violeta, sintiendo la tensión en el aire.

—¿Qué? Solo somos amigas —Chiara se defendió, pero había una chispa de duda en su voz.

—Amigas, ¿eh? —Violeta dio un paso más cerca, acorralando a Chiara contra la pared. —¿Y qué tipo de "amigas" son?

Chiara se quedó en silencio, mirándola fijamente. Violeta podía ver el conflicto en sus ojos, y eso la irritaba aún más. Tenía que actuar antes de que sus celos la consumieran.

Sin previo aviso, Violeta se inclinó y besó a Chiara. Fue un beso lento y tierno, un momento que pareció durar una eternidad. La confusión se transformó en sorpresa en el rostro de Chiara, y Violeta sintió que todo su ser se iluminaba con ese contacto.

Cuando finalmente se separaron, la mirada de Chiara era un torbellino de emociones.

—Violeta... —Chiara comenzó, pero su voz se desvaneció.

—No digas nada. Solo escúchame —interrumpió Violeta, sintiendo que el tiempo se había detenido. —No puedo soportar la idea de que otra chica te mire como yo lo hago. No sé qué me está pasando, pero no puedo evitarlo.

Chiara parpadeó, claramente confundida.

—Esto es... inesperado.

—Lo sé, pero no puedo seguir ignorando lo que siento. —Violeta tomó un respiro profundo, intentando calmar su corazón acelerado. —He estado tratando de convencerme de que no me gustas, que todo esto es solo un juego, pero cada vez que te veo reír con otra persona, me enoja.

—¿De verdad? —Chiara parecía atónita, su voz apenas un susurro.

—Sí. Quiero que sepas que no te veo como una enemiga, Chiara. Te veo como algo más. —Violeta luchaba por encontrar las palabras correctas.

Chiara se mordió el labio, procesando la revelación. Violeta estaba al borde del abismo emocional, su corazón latía con fuerza mientras esperaba una respuesta.

—Violeta, esto es confuso. No sé qué decir... —Chiara finalmente confesó.

—Solo sé que no quiero perderte. No quiero que Sarah esté cerca de ti, porque siento que puedo perderte en un instante. —Las palabras salieron de Violeta más rápido de lo que podía controlarlas.

—Yo... —Chiara dudó, sus ojos reflejaban una mezcla de sorpresa y un destello de algo más. —No sé si puedo confiar en ti todavía. Todo ha sido tan complicado.

—Lo sé, pero estoy dispuesta a intentarlo. Te prometo que estoy aquí para cambiar, para ser mejor. —Violeta se acercó un poco más, sintiendo que cada segundo contaba.

Chiara respiró hondo, como si estuviera pesando sus opciones. Violeta podía ver la lucha en su rostro, y eso la hizo sentir vulnerable.

—Violeta, ¿qué significa esto para nosotros? —preguntó Chiara, su voz temblando levemente.

—No lo sé. Tal vez significa que podemos empezar de nuevo. Pero de una manera diferente. —Violeta se obligó a mantener la mirada fija en Chiara, buscando una chispa de entendimiento.

—¿Y si me haces daño de nuevo? —Chiara planteó, su voz era un eco de sus dudas pasadas.

—No lo haré. —Violeta alzó las manos, como si estuviera prometiendo algo sagrado. —Te lo juro. Estoy dispuesta a luchar por ti, a demostrarte que esto es real.

Finalmente, Chiara pareció relajarse un poco, aunque aún había incertidumbre en su mirada.

—Quizás necesitemos tiempo. Pero... me gustaría intentar ver a dónde nos lleva esto.

Un suspiro de alivio escapó de los labios de Violeta.

—Eso es todo lo que pido. —Violeta sonrió, una sonrisa genuina que reflejaba su esperanza.

—Vamos a salir de aquí antes de que alguien se preocupe —sugirió Chiara, intentando romper la tensión del momento.

Mientras ambas chicas salían del baño, Violeta no podía evitar sentirse un poco más ligera. Tal vez, solo tal vez, lo que había empezado como un juego de celos podía transformarse en algo real.

Chiara, al mirarla de reojo, sonrió ligeramente, y eso le dio a Violeta la esperanza que necesitaba. El camino por delante sería complicado, pero al menos ahora estaban en la misma página.

El futuro aún era incierto, pero en ese instante, Violeta sabía que había dado el primer paso hacia algo nuevo.

- VC, spirito

Entre odio y pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora