Han pasado varias semanas desde que Chiara llegó a la universidad, y la lucha contra Violeta se había convertido en parte de su rutina diaria. Cada encuentro traía una nueva ola de insultos, pero lo que más perturbaba a Chiara no eran las palabras hirientes, sino algo más inquietante que empezaba a aflorar en su interior: una extraña atracción hacia su acosadora.
Era un martes soleado cuando se encontró nuevamente con Violeta en el pasillo. Chiara se apresuró a pasar, pero Violeta la interceptó con esa sonrisa que sabía que ocultaba veneno.
—Mira quién se atreve a aparecer de nuevo. ¿Sigues soñando con ser alguien importante aquí? —dijo Violeta, con un tono burlón.
Chiara, aún sintiendo el golpe emocional, respiró hondo y trató de mantener la calma.
—No tengo que demostrarte nada. —respondió Chiara, pero su voz tembló.
—¿De verdad? Porque parece que lo estás intentando. ¿Por qué no te rindes? —Violeta se acercó, sus ojos desafiantes.
En ese momento, Chiara sintió un retorcimiento en su estómago. A pesar de su comportamiento cruel, había algo en Violeta que la atraía, algo que la hacía sentir viva. Esa lucha interna era insoportable. ¿Por qué tenía que sentir eso por alguien que la hacía sentir tan mal?
Se alejó, el corazón latiendo con fuerza. En su mente, las palabras de Violeta resonaban, pero junto a ellas, una inquietante confusión comenzaba a tomar forma.
Más tarde, durante una clase, Chiara se esforzó por concentrarse. A medida que el profesor hablaba, su mente vagaba entre la música y las palabras hirientes de Violeta. La atracción que sentía por ella era como un espejismo que no podía comprender.
Después de la clase, se encontró con Martin y Ruslana, quienes la notaron más callada de lo habitual.
—¿Todo bien? —preguntó Ruslana, preocupada.
—No estoy segura. —Chiara soltó un suspiro. —Es solo que... no sé por qué sigo pensando en Violeta.
—Esa chica no vale la pena, Chiara. No dejes que te afecte. —Martin frunció el ceño.
—Lo sé, pero... es complicado. A veces, siento algo que no debería sentir. —Chiara se pasó una mano por el cabello, sintiéndose abrumada.
—¿Algo como qué? —preguntó Ruslana, intrigada.
—Atracción. Pero es una locura, ¿verdad? Ella es... ella es una bully. —Chiara no podía creer lo que estaba diciendo.
Martin y Ruslana intercambiaron miradas.
—No es raro sentir atracción por alguien que te desafía, pero eso no significa que sea saludable. —dijo Ruslana con cuidado.
—Es como una guerra interna. No sé si debo sentirlo o ignorarlo. —Chiara se sintió perdida, como si caminara por un hilo muy delgado.
El siguiente encuentro con Violeta ocurrió a la hora del almuerzo. Mientras se sentaba con sus amigos, Violeta apareció con su grupo, riendo y hablando en voz alta. Chiara sintió que su corazón se aceleraba. A pesar de sus intentos por ignorarla, no podía evitar que su mirada se deslizara hacia ella.
—¿Qué? ¿Sigues en tu rincón solitario? —preguntó Violeta, acercándose a la mesa con esa sonrisa arrogante.
Chiara mantuvo la mirada en su plato, sintiendo cómo el rostro le ardía.
—¿Te crees mejor que todos nosotros, Chiara? —continuó Violeta, disfrutando de la atención.
Chiara levantó la vista y, por un instante, se encontró atrapada en los ojos de Violeta. Era una mezcla extraña de enojo y algo más profundo que no podía ignorar.
—No tengo que demostrar nada. —dijo, pero su voz era más suave de lo que pretendía.
—Claro, porque eso funciona tan bien. —Violeta sonrió, y en ese momento, Chiara sintió una punzada de deseo y frustración.
—¿Qué es lo que realmente quieres, Violeta? —preguntó, sintiéndose impulsada por una mezcla de valentía y desesperación.
—¿Quieres que te diga la verdad? —dijo Violeta, inclinándose un poco más cerca. —Me encanta verte sufrir. Pero hay algo en ti que me intriga. Tal vez sea eso lo que te hace interesante.
Chiara sintió que el mundo se detuvo. Las palabras de Violeta eran un veneno dulce, y la atracción que sentía se transformaba en confusión. En un momento, Violeta estaba ahí, provocadora, y en el siguiente, su mirada parecía revelarle una parte de sí misma que Chiara no podía ignorar.
—No soy un juguete para ti. —respondió Chiara, intentando mantener su postura.
Violeta se rió, pero en sus ojos había un destello de curiosidad.
—Quizás no, pero eso no significa que no seas fascinante. —Violeta dio un paso atrás, pero su mirada seguía fija en Chiara.
A medida que se alejaba, Chiara sintió una mezcla de rabia y deseo que la envolvía. Era un torbellino de emociones que no sabía cómo manejar.
La conversación la había dejado tambaleándose. Esa atracción era una carga pesada, y el camino se tornaba más complicado a cada instante. Mientras regresaba a casa, se preguntaba si podría realmente enfrentar a Violeta, no solo en su batalla diaria, sino también en su corazón. Era un juego peligroso, y Chiara sabía que tendría que encontrar una forma de lidiar con esa nueva y confusa realidad.
- VC, spirito

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Entre odio y pasión
FanfictionChuara y Violeta se detestan desde el primer encuentro, pero a medida que las circunstancias las obligan a estar juntas, el odio se transforma en una atracción inesperada. Lo que comienza como rivalidad, poco a poco da paso al amor, desafiando sus p...