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Irene levanta la mirada para mostrar sorpresa y luego horror absoluto. Lucha por ponerse los pantalones y la camiseta pero yo ya estoy corriendo por el pasillo.

—¡Lisa! ¡Espera! ¡No!

Con la maleta en la mano, alcanzo el final del pasillo y me lanzo hacia las escaleras, golpeando la puerta detrás de mí. Voy por las escaleras más rápido de lo que cualquiera con sentido de auto preservación lo haría, agradeciéndole a Dios por haber llevado nada más que zapatillas a este viaje.

Segundos después de que la puerta se cierre de golpe, oigo a Irene abrirla y luego su voz haciendo eco por el portal. 

—¡Lisa! ¡Nena, por favor!

Prácticamente me tropiezo en las escaleras, perdiendo un escalón por aquí y por allá, y tambaleándome para recuperar el equilibrio. Ni siquiera miro hacia dónde voy porque tengo la mirada en el teléfono y el número de Rosé en la pantalla.

—¡Nena! ¡Puedo explicarlo!

¡Ja! Oh, si esa no es la línea para terminar todas las líneas. Si me alcanza, voy a abofetear su maldito rostro con tanta fuerza que se le cruzarán los ojos. Veremos si a esa perra del apartamento le gusta cuando no pueda ver bien.

El teléfono de Rosé suena por segunda vez sin que conteste, pero cuando salgo con fuerza por la puerta, veo que su coche ni siquiera ha terminado de salir del estacionamiento. Tiene las luces de freno encendidas y luego se vuelven blancas cuando pone el Camaro en reversa. Corro hacia ella mientras viene hacia mí y luego estoy lanzando la maleta en el asiento trasero y literalmente saltando sobre la puerta del acompañante para subirme. Irene sale por la puerta del edificio como una bala de cañón, mi nombre sonando mal mientras lo grita desde el otro lado del estacionamiento.

—¿Qué pasó?—gruñe Rosé, lanzando el brazo alrededor de mi asiento, observando a Irene correr hacia el coche—¿Qué te hizo?

Aparca el coche y se estira hacia la manija de la puerta, pero la agarro de la manga de la camiseta.

—¡Nada! Solo... ¡Estaba con alguien! —Irene se está acercando y entro completamente en pánico—Solo sácame de aquí, ¿vale?

—Lo siento—dice Rosé con determinación, sacudiendo la cabeza, y luego abre la puerta y sale del coche.

Irene apenas tiene tiempo de gritar: 

—¿Quién diablos eres t...? —Antes de que el puño de Rosé la golpee tan fuerte que mi ex vuela hacia atrás y aterriza en el pavimento. Jadeo y Rosé se sacude el escozor de la mano.

—Peach, ven aquí.

Hago lo que me dice porque en verdad estoy muy sorprendida como para hacer algo más. Cuando doy un paso hacia el lado de Rosé, Irene se encuentra en el suelo acunándose la mandíbula, claramente demasiado asustada como para levantarse.

—Dile lo que quieras decirle a esta idiota...—Rosé se gira hacia mí, su expresión muy seria— porque te llevaré a casa conmigo y no quiero que vuelvas a verla de nuevo, porque eres jodidamente demasiado buena para esta infiel pedazo de mierda.

Mis ojos se llenan de lágrimas, pero los mantengo enfocados en Rosé para que Irene no tenga la satisfacción de ver cuánto me lastimó. De nuevo. 

—No hay nada más que decir.

Rosé me mete debajo de su barbilla y planta un beso en la cima de mi cabeza. La siento girar la barbilla hacia Irene y luego dice: 

—¿Oíste eso? Joder, lo arruinaste y si alguna vez intentas hablar con ella de nuevo, no soy la única chica con la que malditamente tendrás que lidiar.

Vampire Hollie (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora