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No puedo evitar mirar a Kayla y Zoey, quienes siguen sentadas con Joel y Bambam en el suelo pretendiendo no vernos a Rosé y a mí. Apestan en ello, justo como Joel pretende no mirar a Jennie y apesta en ello.

Cuando Rosé se aleja para evaluar mi reacción, me sorprendo a mí misma y a ella, extendiendo las piernas y sosteniéndola entre ellas. Jalo su cuello hasta que tengo su oreja en mi boca. Sé que no quiere jugar este jueguecito, pero apuesto a que Kayla y Zoey tienen un infierno más que ofrecer.

Preocupada, pregunto:

—¿Segura de que no quieres un trío?—Rosé se ríe y se aleja—¿Lo estás ofreciendo?

Juguetonamente golpeo su pecho, pero atrapa mi mano, sus ojos nunca dejan los míos mientras levanta mi muñeca a sus labios y presiona un suave beso en mi pulso. Me pregunto si puede sentir mi corazón acelerarse, porque definitivamente amenaza con salirse de mi pecho.

La voz de Jennie me recuerda que literalmente se encuentra sentada a mi lado. Sostiene un nacho cerca de su boca, congelada en el lugar.

—Es mejor que el porno.

Una risa avergonzada se me escapa y luego Rosé toma mi mano y me lleva al sillón, sentándome en su regazo mientras Kayla y Zoey nos miran sin discreción. Los siguientes veinte minutos, coquetea conmigo, trazando sus dedos por mi brazo, apretando mis rodillas, oliendo mi cuello y susurrando en mi oreja.

Cuando la pizza llega, me siento agradecida de alejarme de su regazo y prácticamente teletransportarme a la cocina. Lo último que hizo fue besar mi cuello y en serio no creo poder soportarlo más. Experimenté las partes más dulces del infierno.

Luego de que todos se llenan de pizza, reclamamos nuestro lugar en el suelo y comenzamos de nuevo el juego. Joel elije una carta de creador de reglas en su primer turno y porque sin duda quedó traumatizado con mi no-beso con Jennie, animosamente demanda que todos los besos futuros incluyan lengua completa y duren al menos diez segundos. Me sorprende que no puso algo como toqueteo sobre la ropa, pero no lo menciono porque lo último que quiero es darle ideas y hacerle crear otra regla.

Con cada turno que Kayla y Zoey toman, me siento paranoica de que tomen una tarjeta de beso y se besuqueen con Rosé justo en mi cara. Sería la última venganza para las falsas muestras públicas de afecto que hicimos antes de que la pizza llegara. Incluso cuando Jennie es la persona que la elige, contengo el aliento preocupada de que elija a Rosé solo para enseñarme una lección.

Elige a Bambam, para decepción de Shawn y Joel y hacen un espectáculo que deja mi mandíbula en el suelo. La siguiente persona en elegir una carta de beso es Joel y elige a Jennie, quién lo deja con su mandíbula en el suelo. Con sus dedos debajo de su barbilla, le da un beso que nos zambulle a todos en un atónito silencio. Y luego, en un instante, él regresa a su asiento, sin apartar la mirada de mi mejor amiga. Kayla y Zoey jadean y cuando Jennie lo atrapa, su malévola sonrisa se ensancha y deja escapar una risa. Si no tuviera la certeza que Bambam y Macy van a llevarla a casa esta noche, seguro que sobornaría a Mike para ser su guardaespaldas.

Seguimos en el círculo, la noche oscureciendo más mientras la pila de cartas se hace más y más pequeña, hasta que, finalmente, solo queda una carta.

Una sonrisa se despliega en los labios de Rosé cuando gira la última carta de beso y luego estira los brazos detrás de su espalda y se pone de pie.

No mira en el círculo como hice cuando elegí la carta y no sé si es porque Kayla y Zoey son mucho más guapas que yo o por esa estúpida regla que puse de solo ser amigas. Justo ahora, desearía nunca haber dicho algo tan estúpido. La última vez que me besó, la hice detenerse e insistí en que nunca podría ocurrir de nuevo. Ahora va a elegir a una de las chicas que prácticamente la taclearon para sentarse a su lado y voy a ser aplastada.

Vampire Hollie (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora