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Estamos casi fuera de la puerta cuando Joel toma su mano y tira de ella para un beso no-destinado-para-ojos-aún-vírgenes que hace que mis dedos se curven en mis zapatillas. Las manos de Jennie se mueven a su pecho y él la envuelve en sus brazos. Mis manos agarran el pomo de la puerta, porque si llevan este espectáculo hasta el sofá, no pienso quedarme alrededor para ver.

Tendré que robar las llaves de Jennie porque no hay manera en el infierno que me vaya a quedar en los alrededores de Rosé, pero no debería ser demasiado difícil si Joel la mantiene distraída.

Afortunadamente para mí, sus labios se separan y Jennie queda tan boquiabierta como yo.

—Te llamaré —dice Joel, su voz como azúcar fundida.

A Jennie le toma solo un segundo recuperarse, y sonriéndole, dice:

—Nunca te di mi número—Lo consuela con una ligera palmadita contra su pecho y entonces me guía hacia la puerta.

Tan pronto como estamos en el ascensor, sus manos sujetan mis hombros, sus ojos llenos de preocupación.

—¿Qué pasó anoche?

—Tú primero—digo, tratando de comprarme algo de tiempo. Definitivamente no quiero oír los detalles de lo que hizo la noche anterior, pero prefiero hablar de eso más que del desastre que ocurrió en la habitación de Rosé.

Jennie trata y falla de suprimir una sonrisa. Deja caer las manos y se encoje de hombros, pero luego sus dedos van a la deriva hacia sus labios y puedo decir que anoche no fue algo tan común como intenta fingir que fue.

—Joel regresó a mi habitación conmigo.

Sí, no es broma. Cuando todo lo que puedo hacer es fruncir el ceño, dice:

—¿Qué?

—Joel no es como los otros chicos con los que has estado, Jennie.

Los otros chicos con los que ha estado besan el suelo que pisa. Es una sirena: una vez que la han tenido, siempre quieren más. Ella se nutre de toda su atención y si ellos no se la dan, hace lo que sea necesario para conseguirla. Entonces, tan pronto la tiene, no la quiere más. El problema es que Joel no va a ser ese hombre. Ella encontró a su igual en él y no tengo idea de cómo va a manejar la situación cuando ya no sea el centro de su mundo.

—Y yo no soy como las otras chicas con las que él ha estado—responde con una sonrisa confiada, sus tacones altos haciendo clic sobre el piso del vestíbulo tan pronto como las puertas del ascensor se abren.

Cruzamos el silencioso estacionamiento juntas y me detengo en la puerta del lado del pasajero, mirándola por encima del techo de su Civic púrpura.

—Te das cuenta de que es una especie de estrella del rock...—Una estrella de rock, un demonio sexual, un acaparador de fanáticas. Un chico que olvida nombres, alguien que descarta números de teléfono y espero que no sea el chico que detone a mi mejor amiga, bomba del drama.

—Oh, es definitivamente una estrella de rock.

—Oh, Dios mío—Me deslizo en el asiento delantero antes de que comience a derramar los detalles de sus aventuras sexuales con mi compañero de vivienda. Espero que Macy haya podido quedarse con Bambam anoche o la pobre chica estará traumatizada de por vida. Los recuerdos de un viaje de campamento de último año, cuando tuve que dormir en una carpa junto a Jennie y Matt Anderson, todavía me persiguen hasta estos días.

Jennie se ríe y se desliza a mi lado y en el camino a IHOP, intento distraerme del propio choque de trenes que es mi vida amorosa haciendo hincapié sobre la de ella en su lugar. Sé que tiene razón sobre que Joel nunca ha estado con una chica como ella antes, pero no puedo evitar lasensación de hundimiento que siento cuando pienso en ellos juntos.

Vampire Hollie (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora