15

234 45 25
                                    

En un movimiento controlado, cierra la distancia entre nosotras y chupa mi labio inferior en su boca. Aprieta las caderas contra mí y un gemido sin aliento se escapa de mi garganta cuando siento todo de ella. Quiero que me alce. Quiero envolver las piernas alrededor de su cintura y recostarme contra esta pared para tenerla como realmente quiero. No pienso, simplemente le devuelvo el beso. La beso tan desesperadamente que no oculto lo mucho que la he querido.

La mano de Rosé se desliza hacia arriba por mi nuca para enredarla en mi cabello. Me besa hasta que mis pensamientos no son más que neblina y luego recorre sus labios por mi cuello y agarra mi cadera, tirando de mí con más fuerza contra ella. Soy masilla en sus manos. Me besa con tanta pasión que sé que es probable que haya marcas, pero no me importa. No hasta que sus dedos fríos se deslizan bajo el dobladillo de mi blusa.

Nos encontramos en frente del club, en la acera que da a la calle. Atrapo las miradas de desaprobación de la gente que camina por allí y pongo centímetros de distancia, jadeando.

—Rosé—Niego con la cabeza—No.

Mira a su alrededor, dándose cuenta de la exhibición pública que estamos haciendo. Parece agitada y alegre en partes iguales mientras frota sus dedos sobre sus ojos con una amplia sonrisa plasmada en su rostro.

—Bus—dice y luego para de frotarse los ojos y alcanza mi mano.

—No—Tomo un respiro negando con la cabeza—No podemos.

Mi cuerpo grita en señal de protesta, por lo que realmente tiene que aprender a cerrar la maldita boca.

Su rostro se contorsiona en confusión.

—¿Por qué?

—Porque... somos amigas.

Rosé gruñe y se pasa ambas manos por el cabello, la frustración emanando de ella.

—No somos amigas.

Sus palabras me lastiman y temo que podría comenzar a llorar aquí delante de todos. Ella debe ser capaz de verlo porque da marcha atrás inmediatamente.

—No, no... eso no es lo que quise decir—Se ve casi nerviosa, extendiendo sus manos hacia adelante como si tuviera miedo de que fuera a romperme en mil pedazos y ella tiene que mantenerme unida. Sé que está diciendo la verdad, lo que me hace sentir mejor. Pero aún queda el asunto del autobús.

—Volver al bus sería una muy mala idea—le digo.

—¿Qué sería tan malo en ello?

Nada. Y todo.

—No estoy buscando una aventura de una noche...—Esbozo una sonrisa débil—Ni siquiera con Rosé Park—Especialmente no con Rosé Park.

—¿Cómo sabes que sería una aventura de una noche?

Le doy una mirada que lo dice todo. Todo lo que Rosé hace es de una sola noche. Ni siquiera puede negarlo.

—¿Por qué has venido a este viaje, Peach?

—Quería ayudarte...

—¿Por qué?

—Simplemente quería.

Es la lógica de Rosé así que no puede refutarla. Suspira y da un paso atrás, pasándose la mano por el cabello. Después de unos segundos, pregunta:

—¿No podemos ver hacia dónde va?

Niego con la cabeza.

—Todavía quiero que seamos solo amigas.

Las dos sabemos adónde iría. Iría directamente a la cama y luego me dejaría sentada con un teléfono que nunca sonaría, llorando en el hombro de Jennie.

Vampire Hollie (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora