I'm A Pirate You're A Princess (Hook × Bridget)

Capítulo 25: All The Things She Said

"Madre mirándome
Dime ¿qué ves?
Sí, he perdido la cabeza
papi mirándome
¿Seré libre alguna vez?
¿He cruzado la línea?
Todas las cosas que ella dijo
Están corriendo por mi cabeza"
t.A.T.u. - All the Things She Said

Bridget:

Me encerré en mi habitación, apoyando la espalda contra la puerta mientras trataba de calmarme. Escuché a mi padre tocar hace unos minutos, pero no pude abrirle. No me sentía lista para hablar con él, no después de cómo arruiné la hora del té. Solo pensar en su rostro, tan sereno, intentando no mostrar decepción, me partía el alma. Papá siempre ha sido tan paciente conmigo, tan comprensivo... y aun así, no podía enfrentarlo. No ahora.

Suspiré y me dejé caer sobre mi cama, mirando el techo. Sabía que tarde o temprano tendría que lidiar con mamá otra vez. Siempre era igual: una riña, otra expectativa que no cumplía. Desde que cumplí catorce años, todo giraba en torno a mi "futuro". Mamá estaba demasiado pendiente de los posibles pretendientes, investigando a príncipes de otros reinos como si fueran candidatos en un concurso.

—Tienes que pensar en el reino, Bridget —me repetía constantemente con esa mirada severa que me hacía sentir como una niña pequeña—. No puedes elegir con el corazón. Las alianzas estratégicas son la clave para un futuro próspero.

Esa frase me persigue como una sombra. Mamá quiere que me case con un príncipe, alguien digno, alguien que pueda convertirse en rey y expandir las riquezas del País de las Maravillas. Y lo entiendo, o al menos trato de entenderlo... Pero no es lo que quiero.

Sin darme cuenta, empecé a sonreír. Mi mente, como siempre, voló hacia Hook. Él es todo lo que mamá no quiere para mí, y quizá por eso me atrae tanto. No es refinado, no sigue las reglas, no tiene nada que ofrecer al reino. Pero lo que tiene es suficiente para mí. Hook es apasionado, impredecible, y sobre todo, real. Cuando estoy con él, siento que puedo ser simplemente Bridget. No la princesa. No la heredera. Solo yo.

Sé que mamá nunca lo aceptaría. Ni siquiera lo intentaría. Pero no me importa. Ahora estoy segura, completamente segura, de que estaría dispuesta a dejar el trono si eso significara estar con él. La otra noche lo confirmé. En sus brazos, no solo sentí pasión, sentí algo mucho más profundo. Fue como si, por primera vez, alguien realmente me viera... y aún así quisiera quedarse.

Cerré los ojos y dejé que mi mente me llevara de vuelta a esos momentos. Recordé su sonrisa torcida, la calidez de su abrazo, cómo me miraba como si yo fuera todo lo que importaba en su mundo. Mi pecho se llenó de calidez al pensarlo, pero entonces un ruido en el pasillo me devolvió a la realidad.

Los pasos eran lentos, pero firmes, como si alguien se acercara con cuidado. Mi corazón dio un vuelco. ¿Sería mamá? ¿Papá otra vez? Me levanté de la cama de un salto, sintiendo una mezcla de nervios y anticipación. Me quedé de pie junto a la puerta, escuchando. Los pasos se detuvieron justo frente a mi habitación.

Mi corazón empezó a latir más rápido, pero esta vez por una razón completamente distinta. Una pequeña esperanza se encendió en mi pecho. ¿Podría ser él?

Un susurro lejano, una especie de canto melódico que parecía flotar en el aire. Mis sentidos se agudizaron. Era suave, hipnotizante... y por alguna razón, parecía llamarme.

Di un paso hacia la puerta, sintiendo cómo mi cuerpo se tensaba, pero antes de que pudiera siquiera acercarme, un ruido a mis espaldas me devolvió al presente. Un golpe leve, casi tímido, en el cristal de mi balcón. Mi corazón se detuvo un momento y luego comenzó a latir con fuerza. Giré sobre mis talones, corriendo hacia la ventana. No necesitaba preguntar quién era. Lo sabía.