Capítulo 18

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Una brisa primaveral comenzó a soplar en la zona de Betax, que había sido azotada por una tormenta de nieve. A medida que sale el sol, la tierra congelada se derrite y emergen los brotes.

Aunque solía quedarse fuera de Pretus hasta que hacía calor para Leon, Lucas estaba lleno de preocupaciones. Debido a que había estado fuera por más tiempo del esperado, había mucho trabajo por hacer en el castillo principal.

Y los preparativos para abandonar la ciudad exterior cerca del final del frío severo finalmente terminaron hoy.

Lucas subió al carruaje para regresar a su ciudad natal, con el gato Lulu a su izquierda y Leon a su derecha. Leon solía transformarse en un tigre a menudo cuando estaba con Lulu, pero hoy, afortunadamente, era humano.

Mientras Lucas miraba a Leon jugando con Lulu, el carruaje traqueteó y su cuerpo se inclinó hacia adelante. Lucas rápidamente agarró a Leon por la cintura.

—Leon, debes sujetarte fuerte. No debes jugar en el carruaje.

—Sí. Pero, de todos modos, si me caigo, Lucas me atrapará.

Lucas frunció el ceño ante las palabras, como si se hubiera inclinado deliberadamente.

—Te lo advertí, así que la próxima vez no te atraparé.

—... Está bien. Seré cuidadoso.

Leon, quien rápidamente bajó la cola ante las severas palabras, miró a Lucas de reojo. Lucas habló en voz baja mientras tocaba el pelaje de Lulu.

—Lulu, tampoco deberías estar jugando.

Si habla tan amablemente con Lulu, ¿por qué es tan frío con él?

Leon tampoco quería competir con el gato, pero a Lucas parece gustarle más ese gato, entonces, ¿qué puede hacer? Era la primera vez que se sentía peor que un gato.

Además, no podía entender por qué a veces aun usaba honoríficos educados, aunque lo llamaba por su nombre de pila.

Cuando Leon, que tenía un dolor de corazón sin razón, sacó los labios, Lucas dijo con una leve sonrisa.

—Tan pronto como regrese a mi casa, iremos directamente al entrenamiento.

Leon, que había estado balanceándose de un lado a otro mientras el carruaje se balanceaba, de repente enderezó los hombros mientras enderezaba los hombros.

Como era de esperar, lo hacía a propósito.

Leon preguntó, abriendo mucho los ojos.

—¿Entrenamiento?

—Sí, ya que ha completado el entrenamiento básico como el manejo de la espada y la caída, planeo entrenarlo en serio para poder controlar el poder para convertirse en un tigre.

—¡Guau! ¿Es eso posible?

—... Bueno, no puedo decirlo con certeza hasta que lo intentemos.

Ante las palabras de Lucas, la expresión de Leon se oscureció visiblemente. Lucas reprimió la risa que se filtró sin siquiera darse cuenta.

—No puedo deshacerme de la maldición de mi cuerpo, pero he aprendido a vivir con ella. Se puede ajustar hasta cierto punto. Su Alteza seguramente podrá hacerlo también.

—En ese caso...

Leon parpadeó como si estuviera perdido en sus pensamientos. Sus largas pestañas proyectan sombras bajo sus ojos dorados. ¿Qué tipo de broma está tratando de jugar?

—Sería genial. Porque cuando me convierto en un tigre, puedo ver mejor, escuchar mejor y ser más fuerte.

—¿...Por qué es bueno ver y oír bien?

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