La decisión de Lucas de forjar su destino significó que ya no observaría pasivamente la situación. La saludable Michelle gobernará el Norte mejor que él, y Zion será una gran ayuda. Ahora todo lo que quedaba era erradicar la oscura amenaza que aún rodeaba a Leon.
Pero para ello, primero había algo que resolver. Fue para obtener el permiso del Emperador y la Emperatriz. Sin embargo, el proceso no es sencillo. Aun así, no tenía la intención de poner más excusas ni esconderse detrás de Leon y quedarse de brazos cruzados.
Para aceptar la vida de Lucas, no la de Kim Woo-jin, como destino, debe soportar las limitaciones inherentes de un Omega recesivo, la sombra de la maldición y la vergüenza de convertirse en amante de su pupilo con una gran diferencia de edad. No, incluso eso hay que tomarlo como parte de la vida.
Lucas pidió audiencia con el Emperador y a su esposa con la sensación de resolver una tarea difícil. Al comprender que era inevitable, el Emperador concertó una cita ese día.
Cuando abrió la puerta del salón real y entró, vio a dos personas con caras rígidas. En sus rostros sintió el malestar de ver al amante de su hijo y al mismo tiempo la cortesía de tratar con quien le salvó la vida.
Era una emoción que podía entender completamente.
Lucas saludó cortésmente y se dirigió a su asiento. Después de un momento de silencio, Frederic abrió la boca por primera vez.
—Bienvenido, Gran Duque. Dijo que quería verme.
—Estoy aquí para decirle algo.
Lucas miró al Emperador con expresión educada pero no con una mirada servil.
—Dime.
Lucas continuó sus palabras con calma.
—Sabe, tengo dos debilidades: mi cuerpo está inherentemente maldito...
Dudo un poco en mencionar el hecho de que es un omega recesivo. En ese momento, la Emperatriz, que mantuvo la boca cerrada todo el tiempo, abrió la boca.
—Además hay una gran diferencia de edad.
Cuando se revelaron las manchas que no quería quitar, se ahogó de vergüenza. Lucas hablo tratando de recuperar la compostura.
—Así es, pero creo que soy maduro según mi edad, así que no creo que sea una debilidad. Mi verdadera debilidad es... soy un omega recesivo. Su Alteza, lo sabe.
Ashley se sobresaltó y abrió la boca. Fue sorprendente saber que Lucas era un omega recesivo, pero también lo fue por el hecho de que permitió que se imprimiera a pesar de que era un Omega recesivo.
Por lo general, la impresión de un Omega recesivo con un Alpha dominante ejerce una gran presión sobre el cuerpo, pero la impresión con Leon un Alpha extremadamente dominante era algo que podía causar la muerte.
—¿Cómo pasó eso...? Con el cuerpo de un Omega recesivo e imprimiéndose a Leon quien es extremadamente dominante. Lucas, ¿no aprecia su vida? No, más que eso... ¿Está bien?
Incluso en esta situación, la naturaleza humana era algo que no podía ocultarse. El cálido corazón de Leon probablemente procedía de Ashley. Lucas asintió con una pequeña sonrisa.
—Estoy bien. Me sentí un poco sorprendido cuando nos imprimimos, pero más tarde me di cuenta de que yo también amaba profundamente a Leon.
Cuando se cambió el título de Su Alteza a Leon, tanto el Emperador como la Emperatriz cerraron la boca con una mirada amarga. Lucas entendió, pero no se detuvo y continuó con calma.
—Por eso me iba a ir, pero... ya no puedo hacer eso.
Hubo de nuevo un silencio frío. Lucas mantuvo la boca cerrada y esperó un rato hasta que sus corazones se calmaron. Después de un rato, Ashley preguntó con atención.
