Capítulo 56

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Leon estaba de buen humor hasta que Lucas lo llamo diciendo que tenía algo que decirle. Su corazón latía con fuerza y ​​estaba emocionado. Sin embargo, en el momento en que abrió la puerta del estudio, Leon pudo sentirlo.

Algo malo está pasando.

La emoción se convirtió en ansiedad.

Leon se acercó con cautela y se sentó frente a Lucas. Lucas tomó un sorbo de té sin siquiera saludar y empujó otra taza.

—Bébalo. Es un té de hierbas que cultivo usted mismo en el invernadero. Lo calmara.

Pero Leon ni siquiera miró la taza, solo miró a Lucas. Una inexplicable sensación de congestión obstruyó su garganta. Lucas, que era amable y cálido, se comportó como si tratara a un noble al que nunca había visto antes.

No era porque quisiera estar con él, sino porque tenía algo que decir, la actitud de verse obligado a estar con él le daba un sabor amargo.

—No beberé.

No necesita tranquilidad. Necesita la sonrisa de Lucas.

Cuando Leon ocultó lo que quería decir y bajó la mirada, sintió que Lucas lo miraba fijamente. Y después de un tiempo, sintió un aroma extrañamente cambiado. No es dulce, es un olor amargo y triste.

De ninguna manera...

Sintiendo una premonición incómoda, la boca de Leon estaba seca y las yemas de sus dedos temblaban de ansiedad.

Solo pensar en el hecho de que podría alejarse con Lucas le dejó la cabeza en blanco y no podía pensar en nada.

Leon agarró tranquilamente la taza de té para calmarse. En ese momento, un mal pensamiento vino a su mente. Y entró en acción.

>¡Tintin!<

Pero tal vez porque estaba avergonzado, el té caliente derramado salpicó la pantorrilla de Lucas, no a sí mismo. Sorprendido, Leon saltó de su asiento.

—¡Luca!

En el momento en que trató de acercarse a Lucas, quien estaba sentado quieto como si nada hubiera pasado.

—Es suficiente. No se acerque más.

Lucas lentamente comenzó a limpiarse el té. En medio del té derramado y las tazas de té rotas, Leon captó su mirada, nervioso.

Pero Lucas se quedó en silencio. Como si lo que sucedió tan de repente no tuviera ningún significado para él. En el momento en que Leon, que no podía soportarlo, se inclinó para recoger él mismo la taza de té rota, Lucas lo agarró de la muñeca.

—No puede lastimarse el cuerpo de una persona preciosa, así que llamaré a un asistente.

Esas palabras cayeron como plomo en el corazón de Leon.

Sintiéndose conmocionado, entristecido y pensando que iría a abrazarlo en cualquier momento, Lucas se puso de pie para llamar al asistente.

No valía la pena detenerse, solo porque su corazón se debilitó solo porque se rompió una taza de té. Lucas tragó un suspiro que estaba tratando de escapar, pero Leon abrió la boca.

—Luca...

Era la misma voz con la que solía llamarlo cuando era niño. Ante esa llamada, los pies de Lucas se detuvieron.

—¿Por qué estás haciendo esto de repente? Me siento ansioso porque no entiendo a Luca. ¿Estás tratando de regañarme por hacer algo mal? ¿Por qué estás actuando con frialdad?

Leon habló, mirando directamente a Lucas como si no fuera a perder. Aun así, sus ojos estaban rojos, como si fuera a estallar en lágrimas en cualquier momento. Le rompió el corazón ver esa imagen superpuesta con la imagen de un tigre joven rogando que lo salve.

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