Capítulo 96

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McCoy, pensando, apenas abrió la boca con un escalofrío.

—No, no lo hice. Su Alteza, todo es su artimaña. Yo nunca...

La gran mano de Leon agarró el cuello de McCoy.

—Fuiste tú. Fuiste tú quien le llevo información a Draco.

—...Ah...

McCoy jadeó con los ojos abiertos.

—Dime la ubicación del dragón negro.

McCoy sintió que la muerte se acercaba ante sus ojos con una voz fría. Si no le dice la verdad aquí, le resultará difícil sobrevivir. No, podría vivir una vida miserable donde preferiría morir.

—Haa, ugh...

Leon soltó la mano que tenía alrededor del cuello y miró a McCoy como si fuera a matarlo. Cuando en la sien de Leon apareció una vena, McCoy habló con dificultad.

—...En Draco, esta... está escondido. Pero visitarlo no es tarea fácil. Por favor ten compasión...

Leon preguntó con voz fría.

—Entonces, ¿cómo has estado en contacto con ellos hasta ahora? Sé que ya conociste al Dragón Negro, así que dime la verdad.

—...Hay un castillo en la cima de la montaña más cercana al área fronteriza. Pero incluso para mí es difícil saber la ubicación exacta porque desde allí me vendaron los ojos.

Esa información fue suficiente. Sin embargo, McCoy, que no era consciente de esto, hizo un movimiento irrazonable para sobrevivir.

—Así que podría ser un agente doble... ¡Ugh!

La espada de Leon se clavó en su estómago.

—No puedo creer que hayas botado la confianza que tenía en ti. Te salvaré la vida por tu madre, pero vivirás una vida dolorosa.

Leon, que había terminado de hablar, ordenó a Exer con cara helada.

—Mantenlos en una prisión subterránea hasta que yo regrese para arreglar la situación. No se debe permitir que nadie venga.

—¡Sí, señor!

Leon intentó salir del sótano e ir hacia Draco. Era una situación urgente. Pero dudó ante el recuerdo pasajero.

—Lo lamento. Debería haberte escuchado un poco más...»

... Se sabía originalmente que Teron y Haros estaban en desacuerdo. No, se odiaban lo suficiente como para apuntarse con la espada. Se sabía eso. Si realmente estuvieron enamorados...

—Eso era un malentendido. Todo lo fue.

Se malinterpretaron porque no dijeron lo que tenían que decir en nombre de ser el uno para el otro, eso no es suficiente, se apuntaron con sus espadas... ¿Cuánto arrepentimiento queda?

Leon se volvió hacia donde esta Lucas. No repetirá los errores del pasado. Si ama a alguien, tiene que decírselo pase lo que pase.


***


Se sentía más ligero, ya sea gracias al tratamiento de Leon o al agua de hierbas que tomó esta mañana. Lo suficiente para levantarse de la cama. Lucas esperó a Leon con los ojos puestos en la estatua que se veía por la ventana.

¿Dónde está ahora?

Leon, quien también estuvo preocupado por irse por un tiempo porque tenía miedo de su condición, estuvo fuera por bastante tiempo.

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