Capítulo 109

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Las palabras increíbles no tenían sentido de la realidad. Fue porque nunca soñó que Lucas estaría embarazado, a pesar de que decidió imprimirse y convertirlo en Princesa Heredera.

Obviamente debería estar feliz, pero su cabeza estaba aturdida y no pensaba en nada.

Lucas, por otro lado, tiene un rostro brillante. Leon habló al verlo sin darse cuenta.

—...No puedes ser. No debería pasar.

Los ojos de Lucas lo alcanzaron ante la voz de Leon. Sus ojos estaban fríos y el ceño estaba fruncido. ¿Por qué reacciona así ante la noticia de su embarazo? ¿Estaba él tan sorprendido?

Pero eso no fue todo.

—Lo sé porque estudié medicina. Un Omega recesivo no puede dar a luz ni siquiera debería quedar embarazado. En el momento en que dé a luz...

Leon no pudo seguir hablando y se cubrió el rostro con ambas manos. Al mirar a Leon refregándose la cara, Lucas pudo adivinar lo siguiente.

Debe estar preocupado. Que un Omega recesivo de a luz es un asunto donde arriesga su vida como fue con el grabado.

—Leon.

—No, no pienses en convencerme.

Ambas manos cayeron del rostro de Leon. Parecía horrorizado y sacudió los hombros. Con solo mirar al sanador, pensó que sabía qué tipo de palabras aterradoras diría. Lucas habló con firmeza al sanador.

—Sal.

—Sí, entonces me iré ahora...

El sanador salió, Leon y Lucas solo se miraron a los ojos por un rato. Había muchas cosas que querían decir, pero las palabras no salieron.

A los ojos de Leon, la tristeza, el miedo y la ansiedad pasaban uno tras otro. Sus ojos temblaron y se detuvieron. Para consolar a Leon en su dolor, Lucas se levantó de la cama y se acercó a él. Pero retrocedió paso a paso.

¿Qué debería decir? ¿Cómo puede calmar la ansiedad de Leon?

El embarazo fue tan difícil de resolver para Lucas como lo fue para Leon. Estaba en una situación en la que podría perder la vida. Pero Lucas no podía renunciar fácilmente a la existencia de la vida de la que se enteró hoy por primera vez.

Mientras crecía en un orfanato, abandonado sin siquiera conocer los rostros de sus padres, Lucas siempre se había preguntado por qué.

¿Por qué sucede que los padres abandonan a sus hijos? ¿Qué son los rasgos y por qué es el único que nació siendo recesivo, teniendo que pasar por tantos problemas?

Todos en el orfanato lo dijeron. Fue abandonado porque era un Omega recesivo. Sólo le decían que no servía para nada.

Lucas, una vez ese niño, estaba a punto de convertirse en padre. El motivo del problema era diferente, pero la causa del rasgo era la misma. Y Lucas quería superar las limitaciones de su rasgo, tal como había escapado de una maldición repugnante.

La espalda de Leon, que había sido empujada paso a paso, se pegó a la pared. Lucas se acercó a él y extendió la mano. Acarició suavemente su suave rostro. Le dio unas palmaditas en la cara fría durante mucho tiempo hasta que se derritió a la temperatura corporal y luego abrió la boca.

—No quiero volver a perder.

—No digas nada. Estoy pensando en ello.

Era obvio cómo volaría la conclusión de los pensamientos de Leon. Lucas ahora podía leer la mente de Leon sin palabras. Intentaría evitar el parto a toda costa. Si estuviera en la misma situación que Leon, lo habría hecho.

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