Capítulo 43

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Leon respondió agitando su mano.

—Solo hace un poco de calor. Será mejor que sequemos un poco de leña.

—No puedo creer que tengas calor con este clima. Supongo que es porque estas en medio de tu crecimiento.

A Zion no le importó y salió del cuartel. En el centro del cuartel, una hoguera hecha por Zion ardía con un sonido crepitante. Lucas fue allí y tomó un poco de leña. Al escuchar lo que dijo Leon, lo sacó con sus propias manos.

El hermoso rostro de Lucas se reflejaba en las rugientes llamas. Leon no podía moverse un paso de su lugar y miró a Lucas como si estuviera poseído. Observó atentamente los movimientos de Lucas mientras casualmente alcanzaba el fuego, quitaba la leña y acercaba nuevamente leña.

La mirada negra de Lucas se volvió hacia Leon.

—Tu cara está roja. ¿Sigues con calor?

—Oh, no. Ya no hace calor. Debe ser que acá hace calor...

—Este nivel no es nada.

Diciendo eso, Lucas se acostó en un catre de paja cubierto de pieles. Leon corrió y se acostó a su lado. El calor seguía subiendo y el olor a madera se intensificaba. No debería seguir mostrando señales como esta...

Dio fuerzas con las piernas cruzadas por el nerviosismo. Era para controlar las feromonas. Pero cuanto más hacía, su respiración se volvía más y más difícil, y el olor que salía de su cuerpo se hacía más fuerte.

Mientras Leon susurraba, Lucas levantó la parte superior de su cuerpo y miró a Leon, abriendo mucho los ojos y tocándole la frente.

—Creo que tienes gripa...

No es porque tenga un resfriado, es porque quiere abrazar a Luca.

Queriendo sentir un poco más el toque en su frente, Leon contuvo sus palabras. Una mano amistosa le acarició la frente y luego bajó hasta su mejilla.

Leon acercó sus mejillas y se hundió en los brazos de Lucas fingiendo inocencia. Desde que su cuerpo creció, Lucas lo ha estado evitando y eso no le gustaba.

Leon tembló como si estuviera realmente enfermo por el dulce aroma que había estado oliendo de cerca por primera vez en mucho tiempo.

—Luca, por favor, abrázame hoy. Hacía calor antes, pero ahora hace demasiado frío.

Sorprendido, sus brazos en el aire no encontraban el camino, y como si no pudieran evitarlo, tocaron la espalda de Leon. Como cuando era pequeño, las manos que lo acariciaban eran cálidas.

—Cuando te resfrías, te dan escalofríos. Si supiera que sería así, no te hubiera traído...

Lucas todavía parecía mirarlo como un niño. Incluso cuando Zion dijo que el príncipe ya no era un niño, Lucas no escuchó.

Verse como un niño a veces lo enoja, pero es bueno en momentos como este. Leon dijo con sus labios presionados contra el cuello de Lucas.

—Estaré bien después de dormir en tus brazos.

—No puedo evitarlo. No tengo más remedio que ponerte a dormir hoy.

Leon pasó mucho tiempo abrazándolo así. Algo en su pecho subía y bajaba repetidamente. Leon tragó saliva y levantó la cabeza. Cuando Lucas estaba durmiendo, tenía la intención de liberar secretamente feromonas para cubrir su cuerpo.

Pero Lucas lo miraba con una sonrisa en los ojos, como preguntando qué pasaba. Leon sonrió como si nada y volvió a hundir la cabeza en su pecho.

En ese momento, la voz de Zion se escuchó afuera.

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