Capítulo 91

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Se sintió mejor porque era algo muy de Lucas, no porque se avergonzará o no quisiera que hubiese chismes, sino por su propia seguridad. Pero todavía no podía soltar su brazo.

—Luca todavía parece verme sólo como un pequeño príncipe débil.

—Si eres el objetivo de enormes poderes y monstruos gigantes, es probable que te veas débil.

Los ojos de Lucas se volvieron agudos. Leon no parecía preocupado, pero con solo mirarlo se preocupaba.

Wilter y Layla no podrán moverse, pero ¿qué pasa con las fuerzas enviadas por Keaton o Draco?

De hecho, sentía que Leon solo podía estar protegido con seguridad en medio de una crisis si era cauteloso en cada momento que respiraba. El propio Leon le sonreía como si no tuviera preocupaciones.

—Es extraño. Me duele el orgullo que estés preocupado...

—Eso es lo que tengo que hacer.

—Y aun así me gusta. Es tan paradójico, ¿no? ¿De esto se trata el amor?

Lucas, agudizado por la sonrisa de Leon, se rió. Leon debe ser el único que lo hace sonreír tan rápido.

Mientras Leon estaba un poco desprevenido por la risa, rápidamente liberó su brazo y esta vez tomó la mano de Leon. Y con los dedos entrelazados, empezó a correr por la esquina al final del pasillo.

La gente del palacio empezó a hablar al ver a las dos personas.

—¿...Qué pasó?

—No sé qué es, pero debe ser muy importante.

—Sí, no creo que vayan a correr por el pasillo como niños pequeños, olvidándose de su lenguaje corporal.

—Por cierto, ellos dos se ven mejor hoy.

Nadie podía quitarles los ojos de encima a los dos como si estuvieran hechizados, y algunos los siguieron sin darse cuenta, pero no pudieron seguirles el ritmo y tuvieron que darse la vuelta.


***


Después de ese día, el imperio se volvió festivo. Esto se debió a que se difundieron ampliamente rumores de que el príncipe Leon sería coronado príncipe heredero.

El palacio estaba ocupado preparándose para la próxima toma de posesión del príncipe heredero y todo parecía ir bien.

Sin embargo, si hay sol, naturalmente habrá sombra. Las fuerzas en ciernes contra Leon no pudieron contener su ansiedad y fueron demasiado lejos.

Enviaron a un asesino a la habitación donde Leon y Lucas dormían juntos y colocaron gente en el Palacio Imperial para envenenarlos. Por supuesto, Leon y Lucas se encargaron de ello fácilmente, pero Lucas, que tuvo una situación similar, estaba en una situación en la que su corazón se hundió.

Lucas, que estaba ansioso, hoy se sentó en un lado de la oficina de Leon y examinó cuidadosamente el cronograma del evento. Entonces entró Ermon, sin aliento.

—¿Qué está sucediendo?

—Su Alteza, Exer atrapó a un hombre espiando de este lado en el patio fuera del Palacio Imperial. ¿Cómo quiere lidiar con eso?

—Mantenlo bajo custodia. Tengan cuidado de no filtrar rumores.

Lucas dejó los documentos que estaba mirando y se volvió hacia Leon. A pesar de que personas sospechosas eran atrapadas y amenazaban de muerte en los alrededores del Palacio Imperial varias veces al día, Leon ni siquiera pestañeó.

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