TODO ES SOBRE GIYU, NO IMPORTA QUE SHIP VAYA A SER, CLARO VA A VER MAS OBAGIYU Y SANEGIYU.
LOS PERSONAJES USADOS LE PERTENECEN A KOYOHARU GOTŌUGE.
HISTORIAS CORTAS O LARGAS DEPENDE MI ESTADO DE ANIMO Y TIEMPO:)
♡Capitulo feliz♡
~Capitulo triste~
◇C...
La boda se llevaría acabo en tres días, Obanai no sabía si ir, no tenía ganas, su amor se casaba con un idiota y él... él no podía hacer nada al respecto.
Respiro hondo y saco en un suspiro toda aquella carga que llevaba dentro, estaba echo bolita enrollado en las cobijas de su cama, las lágrimas llevaban semanas saliendo de sus heterocromaticos ojos, su cuerpo estaba cansado.
Un dolor en el estómago lo hizo levantarse de su cama, salió corriendo al baño a vomitar, llevaba días sin comer bien... el amor lo estaba matando lentamente.
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— ¿No vendrá? — pregunto el ojiazul con sus ojitos a punto de estallar en lágrimas.
— No... No lo sé, no contesta las llamadas y no puedo ir por el. Lo siento. — el rubio miraba con lastima a su mejor amigo, pues no lograba convencer a su hermano.
— Kyojuro por favor, has que venga, Sanemi no me deja contactar con el y es obvio... No lo quiere y no quiero darle está vida de odio a él. — señalaba dentro de su casa, el rubio comprendió a la perfección.
— Haré que venga, voy a traerlo arrastrando si es necesario, lo prometo Giyu. — hablo decidido el de ojos fuego.
Era obvio que Giyu no quería casarse con Sanemi.
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— ¡Ya voy! ¡El timbre y la puerta se van a romper si sigues así! — gritaba mientras seguían insistiendo fuera.
Obanai no tuvo de otra más que levantarse de la cama para ir a mandar al diablo al imbécil que lo estaba molestando desde hace unas dos horas.
— ¡¿Que mierda quieres?! — grito y quedó pasmado al ver a aquellas dos personas que tanto quiere, se odiaba por hablarles así hace unos segundos.
— ¡Hijo! — la mujer de cabello negro se lanzo a abrazar al de ojos disparejos, extrañaba a su hijo.
— ¡Oba que alegría! Mama me acompaño por ti, vámonos. — decía el rubio mientras intentaba jalar a ambos hacia afuera.
— ¿Que hacen aquí? — pregunto confuso.
El rubio suspiro, debía decirle la verdadera razón de su encuentro, tenía que hacerlo... Por el, por ellos.
Los tres entraron al departamento del heterocromatico, debían arreglar un asunto y hablar era la manera de resolverlo.
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— ¿Mio? Pero... ¿Cómo? — el de ojos disparejos estaba en shock, la noticia era tan inesperada, imposible de que sea cierta.
— Bueno... Verás. — el rubio tomo aire y suspiro. Era hora.
¿No les conté lo que pasó la noche que Giyu peleó con Sanemi al enterarse de la apuesta... ¿Quieren saber que paso?
Obanai estaba en el bar, había perdido toda esperanza de estar con su niño bonito, Sanemi lo engatuso y bueno... Giyu le creyó.
Cómo sea, era la quinta botella de la noche, al parecer ya había perdido la consciencia, el encargado de aquel lugar tomo el celular de Obanai y llamo al número favorito, un tal "Giyu"
El azabache iba saliendo de casa de Sanemi, sus lágrimas y el corazón roto hacían notar que ya sabía la noticia, la apuesta. Entro a su auto, y antes de encenderlo una llamada inesperado entro, era Obanai.
No iba a contestar, pero en ese momento, se sentía muy vulnerable.
Respiro hondo y contesto, la voz al otro lado de la línea en definitiva no era Obanai. Al escuchar la palabra "inconsciente" encendió el auto y fue en busca del pelinegro más bajo.
A la entrada del bar, su mirada viajo por todo el lugar, encontrándose con varios hombres dormidos, otros aún apostando y otros bueno... Haciendo cosas de adultos.
Una persona recargada en la barra llamos su atención, la persona con ese suéter de rayas blancas y negras era lo que le importaba.
Tomo al pelinegro y con cuidado lo saco de aquel lugar, claro que pago la cuenta y dejo una buena propina al encargado.
Si casa estaba más cerca así que decidió llevarlo ahí, entrando lo recostó en el sofá.
¿Quien que siga contando?
Porque bueno, saben que las infidelidades no son buenas, pero claro que no es infidelidad cuando no pasa nada de nada, ¿Cierto?
En este caso...
Creo que sí.
¿Giyu fue infiel? Claro.
¿Obanai recuerda esa noche? Obvio que no.
¿Cómo es que si hicieron el amor, no continuaron juntos? Pues...
Esa, es la otra parte de la historia.
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— ¿Pero... Cómo es que paso? — pregunto desconcertado el heterocromatico.
— A la semana siguiente, te fuiste. Sanemi no sabía que tú y Giyu habían estado juntos. Fue hasta que el embarazo se dió a conocer, todos creímos que era de Sanemi, pero el niño tiene tus ojos. Sanemi lo odia, cree que al casarse con Giyu tendrá el derecho de enviarlo a un internado. — hablo el rubio.
Obanai tomo la noticia como todos esperábamos...
¿Se desmayo? Pero por supuesto que si.
¿Ruka y Kyojuro se aprovecharon de eso? Es obvio que Ruka hizo la maleta y Kyojuro lo cargo como costal de papas.
Ahora mismo estaban viajando los tres, bueno, dos personas cargando un cuerpo inconsciente. No es para nada raro.
Obanai por fin se armó de valor para reclamar y expresar su amor por el azabache de ojos azulados. Llegó a media ceremonia a arruinarla, bueno, a salvar a su princesa de aquel sapo feo.
En fin... La boda no se celebro, Obanai demandó a Sanemi al igual que Giyu, Kyojuro estaba satisfecho por el final, Giyu lloro de delicidad. Obanai conoció a su hijo, cuando todo estaba más tranquilo le pidió matrimonio a Giyu, obvio que acepto gustoso.
Al fin fueron felices, como debió serlo desde un inicio, desde que sus miradas se cruzaron, desde que sus corazones latieron al unisono, desde que fueron felices en su vida pasada.
Ahora solo se dedicaba a admirar ese bello rostro, esos hermosos ojos azules y claro, a cuidar a una minii copia de el mismo.
|| 𖤐 ✿ 𖤐 ||
La herida que cargaba en el corazón al fin estaba curada, su familia eran un gran curita, la medicina perfecta para el dolor interior, ya no habían cicatrices de por medio, ya nada le lastimaba.
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Hagamos de cuenta que no se me olvidó que tenía que actualizar un shot. XD Weno pues, así termina esta historia, alch no se que escribí. Aún no sé si terminar el libro como tal, pienso que ya es muy largo ¿Que opinan? ¿Sigo escribiendo o lo dejamos hasta aquí?
