♡ AL FIN VOLVI A AMAR ♡

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-> Giyu doncel
-> ObaGiyu
-> Giyu no es un santo, así que si te molesta no lo leas.

Esta un poco largo, espero les guste:) ♡

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— No te quiero, solo te utilice para mi beneficio. — la persona que creyo que era el amor de su vida acababa de confesarle sus verdaderas intenciones.

— ¿Que? Pero si yo te amo, no me hagas esto por favor. No me dejes. — comenzó a sollozar.

— Que aburrido eres, ya que tuve lo que quería pues ya no me sirves. Adiós.

Dejo solo en la cama del hotel a un bonito azabache de diecisiete años que esa noche acababa de entregarse por completo a él, a ese idiota.

El tipo solo río sadicamente, cerro la puerta de la habitación y se fue, llevándose con él el corazón del ojiazul.

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— ¿Positivo? No, no, no, dígame que es mentira doctor. — aunque leía el papel frente a él, no podía creerlo, estaba destrozado con la noticia.

— Es verdad, pero si no lo quieres, puedes hablar con tus padres y podrías no tenerlo. — el azabache miró al suelo, estaba decidido.

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[8 años despues]

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— La pase increíble precioso ¿cuando nos volveremos a ver? — el azabache reía de las estupideces que decia su amante.

— Cariño, solo fue una noche, no te emociones. — el ojiazul dejó en shock al chico.

— ¿Pero... porque? ¿Acaso no sentiste lo mismo que yo? — el pelinegro puso sus ojos en blanco, ya se estaba cansando de este tipo.

— Escúchame bien, solo fue sexo, una noche que mañana olvidaré. Adiós. — el azabache le mando un beso con su mano y salió de la habitación.

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— Llegue a casa. — anunciaba mientras entraba a la cocina por un vaso de jugo, donde ya se encontraban sus padres desayunando.

— ¿Dónde estuviste jovencito? — su padre estaba molesto.

— Soy mayor de edad, no tienes porque preocuparte donde estoy papi. — beso a su padre en la mejilla y después fue con su madre a abrazarla.

— Kagaya, no molestes al niño otra vez. — su madre defendía a su pequeño.

— Amane, Giyu ya no es un niño. — ambos pelinegros se miraron molestos.

— Se perfectamente que no soy un niño papá, así que no me vuelvas a interrogar. — se fue a su habitación dejando a sus padres solos.

— Esto no puede seguir asi Amane, debemos hacer algo. — decía mientras terminaba su café.

— Sabito realmente lastimo a mi pequeño. — la madre comenzó a sollozar. — a pesar de que ya pasaron ocho años aún no lo supera.

— Prometo que me encárgare de esto. — decía mientras abrazaba a su esposa.

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— ¿Me llamo señor? — el pelinegro entraba a la oficina de su jefe.

TODOS QUIEREN A TOMIOKA (ONE SHOTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora