TODOS QUIEREN A TOMIOKA (ONE SHOTS)

~~ NO ERES MI OMEGA ~~

->Preparen sus pañuelos mis chiquillos, esto se va a poner weno.
-> No pago terapias ni funerales alv.

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Al haber marcado a Giyu le dejo un mal sabor de boca, sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas al sentir un dolor horrible, como si le arrancarán las entrañas desde dentro.

No sabía el porqué ni como, pues estaba muy seguro que Giyu es su destinado, su aroma es tan suave a pesar de su otro olor pero para sus fosas nasales es una bendición.

Dejo caer su cuerpo al lado del pelinegro de ojos azules, habían terminado satisfechos, era hora de descansar.

El cuello de Giyu sangraba levemente, pues los colmillos del alfa fueron incrustados tan profundo, no le molestaba pues al final era su destino quedar unidos para siempre, curvo sus labios en una leve sonrisa, el omega estaba feliz de poder estar por fin con su alfa.

Obanai por su parte no podía quitarse ese mal sabor de boca, pues a pesar de haberse enamorado de Giyu había algo que lo inquietaba.

El vínculo estaba formado, si, pero no podía quitarse aquella sensación de haber herido a alguien más. ¿Porque? Se supone que su lazo estaba con Giyu, no podía pensar en nadie más, pues el de ojos azules ya es su omega para siempre.

Quedandose con la duda simplemente se volteo, abrazo a su omega y limpio con la lengua aquella gota de sangre que escurría, complacido por haberlo marcado, pues todos querían a Giyu como suyo pero el era su destino, sonrio orgullosamente.

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Era hora del trabajo de los cazadores de demonios, pues la noche había caído en los pueblos, aquellos demonios no perdonan a nada ni nadie. Su deber era exterminarlos y así lo harían.

Esa noche Tomioka y Kocho fueron enviados a una montaña donde se creía había una luna. Así fue que ambos tomaron camino para el lugar.

Obanai por su parte tuvo que hacer equipo con Mitsuri, quería mucho a la omega por haberlo ayudado a conquistar al pilar de agua, pero no le gustaba estar con ella a solas, ya que ella desprendía unas feromonas parecidas a las de su Giyu. Le molestaba que alguien tuviera casi el mismo olor que su omega.

El rostro de Mitsuri se le veía bastante mal, como si hubiera llorado toda la vida, pues sin saberlo su lazo se rompió, ella decidió romperlo.

Cada pilar se fue a su respectiva misión, cubriendo sus áreas establecidas para evitar algún ataque a la residencia del patrón de la cofradía.

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El sol estaba saliendo de entre las montañas, todos habían acabado con los respectivos demonios de aquella noche, tenían que regresar con Ubuyashiki a dar su reporte y a la junta semi anual, Obanai y Mitsuri caminaron juntos por el sendero.

El alfa había notado la expresión de su amiga, tenía la duda de que la había puesto de esa manera.

— Mitsuri ¿te pasa algo? — pregunto el heterocromatico.

— Estoy bien Obanai, me alegra que Giyu y tu estén por fin... enlazados. — la pelirosa intento disimular pero el sonido de un sollozo no paso desapercibido.

El alfa sin querer se acercó a ella para abrazarla, su instinto de alfa protector le hacía pensar en que ella era un cachorro ¿verdad?